Reunión/EPDAEl presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, se ha
reunido este mediodía con colectivos de madres, padres y profesores de la
escuela pública y concertada, quienes le han trasladado su rechazo en
bloque a la Ley de Plurilingüismo de la Generalitat Valenciana por
considerar que coarta la libertad de los progenitores a elegir la
educación de sus hijos y del profesorado a la hora de decidir sus propuestas
educativas.
Tras el encuentro, que se
ha prolongado durante una hora, Mazón ha recogido las demandas de los distintos
responsables de confederaciones y asociaciones de padres y madres de la provincia,
a los que ha mostrado el apoyo de la institución, y ha insistido en que no es
la primera vez “en la que hemos plantado la bandera de la libertad frente a
la imposición desde la Diputación de Alicante”.
Según Mazón, lo que ha sucedido es que,
aprovechando la pandemia, “como si de una trampa se tratara, se están
activando los mecanismos de imposición lingüística por parte de la Generalitat
Valenciana, copiando absolutamente el modelo de inmersión catalán que todos
sabemos a lo que ha conducido”.
En esta línea, ha tildado al Gobierno de Ximo
Puig de “nacionalista, al margen también del tic comunista de incluir el
nivel de la imposición”, y ha insistido en que es imposible que en una
comunidad como la valenciana “se quiera hablar de políticas inclusivas
cuando lo que se está es excluyendo a gran parte del territorio”.
“Es imposible que se diga que se quiere
al valenciano, cuando la mejor manera de quererlo y promocionarlo es en
libertad, pero la peor manera de quererlo y apreciarlo es imponerlo. No tienen
ningún sentido estos planes trampa, teniendo en cuenta que más del 70 por
ciento de los centros de la Vega Baja han votado en contra de esta imposición”,
ha recordado Mazón, quien ha mostrado “todo nuestro apoyo en la defensa de
la libertad, porque nadie puede decirnos cómo educar a nuestros hijos y quien
lo haga está en contra de la libertad”.
El presidente ha asegurado que “no
podemos perder ese espacio. Nuestro reconocimiento a los padres, a las madres,
a los centros y a los profesores, que también están siendo víctimas de esta
imposición y de esta trampa que se está utilizando de manera tapada con esta
pandemia para perder nuestros derechos”.
Finalmente, Mazón ha advertido que están a
la espera de que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, responda a
estos colectivos en su petición clara de inmediata paralización de esta ley,
una solicitud a la que, según el responsable alicantino, “ha dado la callada
por respuesta”.
“Es el momento de reivindicar, de perder
el miedo, de defender la libertad y el futuro de nuestros hijos e hijas. Esta
convicción de que solo imponiendo se consigue avanzar es el gran error y,
probablemente, sea el último error de la Generalitat Valenciana”, ha
sostenido.
En el encuentro han participado la
presidenta de COVAPA -Confederación Valenciana de Padres-, Sonia Terrero,
el presidente de CONCAPA -Confederación Católica Nacional de Padres de Familia
y Padres de Alumnos-, Javier Rubio, el profesor y miembro de la
Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística, Miguel Ángel Robles,
y la presidenta de CECE Alicante -Confederación Española de Centros de
Educación-, Marisa Artiaga.
Las valoraciones de los colectivos,
finalizada la sesión de trabajo, se han concretado en solicitar el apoyo de la
Diputación de Alicante para frenar la imposición de la Ley 4/2018. Al respecto,
Sonia Terrero ha insistido en reclamar y reivindicar “la libertad por el
derecho que debemos tener las familias para elegir la lengua vehicular en la
que estudien nuestros hijos”, al tiempo que ha puntualizado que “estamos
cansados del adoctrinamiento en las aulas y de las imposiciones. No estamos en
contra y queremos la lengua y la cultura valenciana para nuestros hijos, pero
siempre y cuando no les afecte a sus estudios ni les aboque a un fracaso
escolar”.
“Para defender una lengua no hace falta
denostar a otra. Por lo tanto, exigimos la derogación de esta Ley 4/2018 y que
se haga una consensuada por todos y para todos, adaptada a las necesidades de
cada centro educativo. Seguiremos trabajando para que el próximo curso no se
lleve a cabo la implantación de la misma”, ha concluido.
Por su parte, Miguel Ángel Robles ha
aclarado que se han constituido ante la necesidad de “dar respuesta a las
políticas claramente nacionalistas del gobierno de Ximo Puig y hemos venido a
la Diputación con la esperanza de que nos vuelvan a ayudar como ocurrió en 2017”.
“Todas las órdenes que hemos recibido para
la implantación de los planes, con los que estamos en contra, se han hecho de
modo verbal, para evitar cualquier tipo de recurso que pueda echar para atrás
la ley”, ha explicado este profesor, quien ha aclarado que le han pedido al
presidente Mazón su apoyo en esa “lucha jurídica, porque tenemos la experiencia
de la solvencia de la institución y porque la Diputación representa a todos los
alicantinos”.
En esta línea se ha
expresado Javier Rubio, que ha tildado la ley de imposición “a nuestras
familias y a nuestros hijos, sin poder decidir qué tipo de educación queremos.
Queremos poder elegir el modelo educativo y esperamos que esta petición sea
atendida por la Conselleria de Educación, porque queremos una ley consensuada,
al menos por las tres cuartas partes de las Cortes Valencianas”.
Finalmente, Marisa Artiaga ha manifestado su
desacuerdo con la ley, argumentado que están discriminando y “coartando
tanto a los equipos directivos, como a los centros y a las familias, a poder
elegir la lengua que queremos para nuestros hijos y la educación, que es lo
importante. Queremos estar todos unidos, educación pública, educación privada,
asociaciones y colectivos por un mismo objetivo, el de tener libertad como
ciudadano, como familia y como institución para poder optar a la educación que
queremos para nuestros hijos, porque esto implica a toda la sociedad”.
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