Un humilde comedor social en uno de los barrios más pobres de España, el de Carrús en Elche, ofrece cada dÃa 150 raciones de comidas 'halal' gratis tanto a musulmanes como a cristianos que viven en la calle o padecen una situación de vulnerabilidad.
El comedor de la comunidad islámica 'Al Taufik' ('puertas abiertas') es regentado por MarÃa Eugenia Bermúdez, una sevillana del barrio de Santa Catalina de 64 años que lleva más de media vida en Elche con su marido, el tunecino Ahmed Zarrouk, un peluquero ya jubilado de 71.
Desde 2008 tienen este espacio de solidario en el tercer barrio español con menos renta bruta por persona, según Hacienda, donde con varios voluntarios preparan un menú sin cerdo ni alcohol y con carne sacrificada extrayendo la sangre, con una oración y mirando a La Meca.
Hasta 150 personas sin hogar o con un techo pero que a través de un trabajador social acreditan ingresos inferiores a los 600 euros mensuales comen gratis de domingo a viernes en este espacio de convivencia que cuidan con la única regla del respeto mutuo, han explicado en una entrevista con EFE MarÃa Eugenia y Ahmed.
"No podemos hacer comida para unos y diferente para otros, asà que como el dinero no da para más y somos musulmanes preparamos comida 'halal' para todo el mundo, y de hecho vienen más no musulmanes que los que sà lo son", ha relatado MarÃa Eugenia, quien no duda de que "aquà se come mejor que muchos otros en sus casas".
"Y caliente, claro, todo caliente", ha continuado señalando el dÃa de la entrevista una fideuà alicantina recién hecha de pescado, con ensalada y yogur de postre.
El menú semanal tiene una base de legumbres, sobre todo alubias, lentejas y garbanzos, y verdura, sin que falten tres o cuatro dÃas de carne, mientras que últimamente escasea la fruta a favor de lácteos: "No nos la podemos permitir para tanta gente por los precios", según Ahmed.
"Creo que no guisamos mal porque hasta rebañan con el pan", ha relatado MarÃa Eugenia sobre los usuarios de toda edad, algunas familias enteras con niños, la mayorÃa españoles y también magrebÃes, iberoamericanos y del este de Europa.
En este comedor sin normas más allá del respeto mutuo atienden a todo aquel que acuda a la puerta de la calle Ginés GarcÃa Esquitino a las 12.30 horas, donde no hay lemas polÃticos aunque sà hay una pizarra escolar donde estas semanas se ha escrito a tiza el lema 'Vida para Palestina' en vez de colocar el nombre de los donantes de comida.
"Personas que están solas, en la calle o sin familia, están deseando llegar porque es el momento del dÃa en que hablan con otros", según MarÃa Eugenia, quien ha destacado que en los años que lleva apenas ha habido incidentes pese a que los usuarios ocupan los asientos en mesas de cuatro según entran y, a menudo, están juntos personas de distintas partes del mundo.
A los que llegan con envases para llevar a la familia se les obliga a comer aquà primero y en todo caso nadie se va de manos vacÃas porque si la olla se ha vaciado se prepara un bocadillo. Parte de los usuarios son ilicitanas mayores con casa propia que han trabajado toda la vida sin cotizar (algunas en el calzado), y ahora sólo tienen pensiones no contributivas, de 480 euros.
Este comedor tan necesario de esta pareja con dos hijos y cinco nietos es posible por el bolsillo de MarÃa Eugenia y Ahmed, aunque también recibe ayuda del ayuntamiento ilicitano y donaciones de algunos supermercados, siempre 'halal'. Al Taufik ha tenido su punto álgido durante el confinamiento en la pandemia de la Covid-19, cuando llegó a preparar 370 comidas diarias a mediodÃa.
La pareja ya piensa en un "menú especial" los dÃas 24 y 31 con la colaboración por segundo año de la Fundación LaLiga, ha explicado Ahmed, donde no faltarán refrescos y zumos en lugar de la habitual agua, y platos navideños cordero, ensaladilla y otros para la ocasión.
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