Imagen de archivo de la concentración de familiares de los tripulantes del pesquero con base en Santa Pola Nuestra Madre Loreto en la que exigÃan soluciones para la situación del barco. EFE
En una conversación vÃa satélite con Efe, el patrón de la embarcación, Pascual Durá, ha confesado que los trece tripulantes de Nuestra Madre Loreto tienen muchas ganas de volver a Santa Pola.
"Si de por sà cuando estás fuera tienes ganas de llegar a casa, después de todo lo que ha pasado, todavÃa más", ha dicho Durá.
Ha reconocido que tienen "un poco de miedo" a la prensa, por todo lo que puede ocurrir el dÃa que desembarquen en Santa Pola.
"Supongo que habrá mucha gente cuando atraquemos en el puerto y todos mirándonos. Nosotros no estamos acostumbrados a eso", ha manifestado Durá, quien ha apostillado entre risas: "Nosotros no somos Belén Esteban ni Kiko Matamoros".
Los tripulantes del pesquero han vuelto a la normalidad y a la pesca diaria de la quisquilla tras el acto humanitario que protagonizaron.
"No nos podemos quejar del trabajo", ha confesado Durá, quien ha explicado que, "aunque al principio el cambio de ruta" les "perjudicó un poco", encontraron el sitio y se recuperaron, hasta conseguir una media diaria de entre 250 y 300 kilos de quisquilla.
El patrón ha indicado que, tras ser trasladados los doce migrantes a Malta, estuvieron pescando varios dÃas hasta que recalaron en el puerto de Licata, en Sicilia, donde pudieron repostar, descargar y surtirse de vÃveres.
Desde entonces están faenando al sur de Sicilia, a unas treinta millas de Licata, pero en breve partirán hacia poniente, acortando el camino a casa y aprovechando los últimos dÃas de pesca.
El pesquero Nuestra Madre Loreto ya salvó en junio de 2006 a veintiséis migrantes, uno de ellos muerto, frente a las mismas costas libias. Además, en noviembre de ese mismo año recogió a otras cuatro personas por la zona.
El armador del pesquero y padre del patrón, José Durá también rescató a 51 inmigrantes subsaharianos a cien millas de Malta en julio de 2006 a bordo del Francisco y Catalina.
