Manuel de la Huerga. /EPDA
Prefiero ser concejal de pueblo a ser el presidente que rebajó las penas a más de 1300 violadores y pederastas y excarceló a más de 120 sin pedir disculpas a ninguna de las víctimas.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser el presidente que insinúa en entrevistas que controla a la Fiscalía General del Estado nombrando a su exministra.
Prefiero ser concejal de pueblo a formar parte del gobierno que recibió las 43 maletas venezolanas en Barajas por parte de la dictadura venezolana y de la cual no se han dado ningún tipo de explicaciones.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser quien ordenase los estados de alarmas inconstitucionales.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser el presidente que, hoy en día, sigue sin justificar 39 viajes en el Falcon a la República Dominicana.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser cómplice de las dictaduras suramericanas que arrestan a los jefes de comandos de campaña y violan sistemáticamente sus constituciones, las políticas internacionales y los derechos humanos.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser autor de rescates de dudosa legalidad con relaciones con mis familiares cercanos de aires europeos.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser el presidente de gobierno al que felicitan los rebeldes armados hutíes y el grupo paramilitar yihadista de Hamás.
Prefiero ser concejal de pueblo del partido político que le dio la alcaldía de Barcelona a un partido "constitucionalista" a ser del partido político que le da a Bildu la Alcaldía de Pamplona.
Prefiero ser concejal de pueblo a formar parte del gobierno que señala, amenaza e insulta a jueces, magistrados y periodistas por el ejercicio de su profesión.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser el presidente del país que lidera los índices europeos de pobreza infantil (27,8% de niños y adolescentes).
Prefiero ser concejal de pueblo a formar parte del gobierno más caro de la historia con sus 22 ministerios, con récord de asesores nombrados a dedo y altos cargos que suponen 150 millones de euros anuales para las arcas públicas.
Prefiero ser concejal de pueblo a formar parte del ministerio del interior investigado por la Agencia Española de Protección de Datos por filtrar información de las víctimas del terrorismo al entorno de ETA.
Prefiero ser concejal de pueblo a ser amonestado por el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno por ocultar información sobre viajes y gastos de distintos ministerios y de la presidencia del gobierno.
Prefiero ser concejal de pueblo a formar parte del gobierno que no pone medios para que la Guardia Civil luche contra el narcotráfico y se salde con la vida de dos valientes, para entonces, desde la soberbia, aumentar los medios.
Prefiero ser un concejal comprometido con mi pueblo que un político nacional desconectado de las necesidades locales. Al menos aquí, en mi pueblo, sé quiénes son mis vecinos y cuáles son sus necesidades y preocupaciones.
Prefiero ser un concejal de pueblo a ser usted.
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