El alcalde y las autoridades descubren el monolito. EPDAUn monolito situado en un nuevo jardín del barrio ilicitano del Carrús recuerda desde este martes a las más de 300 personas que perdieron la vida en Elche (Alicante) durante la pandemia. La ciudad ha rendido así homenaje a los fallecidos por la pandemia con motivo del tercer aniversario de la entrada en vigor del decreto del Estado de Alarma, en un acto en el que también se ha descubierto una placa conmemorativa.
El acto también ha servido para reconocer a los profesionales que ofrecieron su trabajo y solidaridad en beneficio de los ilicitanos durante ese tiempo, como médicos, farmacéuticos, policías, periodistas, además de voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja. Así, se ha enterrado una cápsula del tiempo con diversos objetos que se convirtieron en cotidianos durante la pandemia y que han entregado representantes de organizaciones civiles y militares: es el caso de un termómetro, una botella de hidrogel, mascarilla, guantes, recortes de prensa o un USB con los testimonios de la pandemia.
Según el alcalde de Elche, Carlos González, este jardín recuerda a las víctimas del Covid y el impacto de la pandemia en la ciudad y "expresa la gratitud a colectivos, entidades y profesionales que han sido esenciales a la hora de favorecer que juntos se haya superado la emergencia social sanitaria y económica".
No ha faltado el testimonio de dos afectados, uno de ellos Fran Caballero, quien perdió a su novia, Ainhoa, durante la pandemia: "Este jardín da la oportunidad de que todos los afectados tengamos visibilidad y recordar a la gente que ya no está", ha asegurado. Por su parte, Diego Miñano, ha contado en primera persona las secuelas que le ha dejado una enfermedad, que le ha cambiado la vida a consecuencia de unos dolores con los que debe convivir a diario.
El acto ha finalizado con un minuto de silencio, el aplauso en recuerdo a todas las víctimas de la pandemia y la interpretación del Ave María de Schubert. El nuevo espacio público ha surgido del ajardinamiento de un solar de 17.000 metros cuadrados en el entorno del cementerio viejo, en pleno barrio de Carrús, y que han convertido esta zona en un "pulmón verde".
Tras varios meses de obras y retrasos, la actuación ha finalizado con la plantación de 200 árboles y plantas autóctonas, la instalación de juegos infantiles y biosaludables y la creación de 65 plazas de aparcamiento para los vecinos del barrio.
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