Las redes sociales cambian el comportamiento de los y las
deportistas. Y no sólo en el mundo digital. También en el analógico, incluso
hasta el límite de que algunos llevan su cuerpo a situaciones de riesgo para
superar registros marcados en las APP digitales y obtener así el reconocimiento
social. Estás son algunas de las conclusiones que ha obtenido el investigador
Carles Senso (licenciado en Periodismo y doctor en Historia) en su último
trabajo, publicado en la revista científica norteamericana Global Journals of
Human Social Sciences bajo el título “Strava,
el deporte aspiracional y su efecto sobre la salud mental”.
El periodista valenciano
entrevistó a alrededor de 300 deportistas de prácticas como el triatlón,
atletismo, senderismo, ciclismo o la natación, además de relacionar los
resultados con las investigaciones sobre las redes sociales genéricas. No
existía hasta el momento ningún estudio específico sobre las plataformas
tecnológicas deportivas. En un principio las aplicaciones de carácter deportivo
no tienen teóricamente causas nocivas y simplemente se limitan a controlar
parámetros de la capacidad física, lo que teóricamente podría traducirse en
mayor motivación para seguir haciendo deporte. Sin embargo, el uso y abuso de
dichas aplicaciones, como con el resto de la redes sociales de carácter menos
concreto, provoca adicción y pueden ser perjudiciales a nivel emocional, según
argumenta Senso. El estudio del investigador valenciano quiso expandir los
conocimientos, en primer lugar, sobre la capacidad adictiva a Internet de una
APP como Strava que gamifica (convierte
en juego) la práctica deportiva a través de herramientas tecnológicas y de la
interacción social y, por otro, observar los efectos para la salud mental que
dicho comportamiento podía provocar en los deportistas sometidos al escrutinio
público, lo que obliga a una productividad y perfeccionamiento constante. Según
explica Senso: “Con el presente estudio buscaba conocer si también las
plataformas digitales deportivas que han potenciado la interacción social de
sus integrantes podrían ejercer un efecto similar entre sus usuarios y
usuarias, provocando presión social, dependencia emocional, frustración e insatisfacción,
e incluso llevando a los deportistas a asumir retos deportivos inadecuados para
su formación o estado físico con el objetivo de conseguir o consolidar su
estatus entre su “comunidad” digital. Y los resultados obtenidos así lo
confirman. Disfrutar con la práctica, para muchos y muchas, está sujeto ahora a
la opinión del resto. A pesar de que el
deportista sea amateur, la concepción del éxito o el fracaso irá sujeta a la
comparativa”.
Dicho comportamiento inadecuado (poniendo
en riesgo la salud al no contar con la suficiente preparación física para
dichos esfuerzos) es aceptado por el 18,4 % de los encuestados, que
respondieron afirmativamente cuando fueron preguntados si habían llevado su
cuerpo (su capacidad física) al límite e incluso por encima para superar algún
registro de Strava, los llamados segmentos que ofrecen premios digitales. “En
el deporte es usual superarse físicamente mediante el entrenamiento pero debe
contar con una análisis distinto el hecho de que se pueda llevar la capacidad física
por encima de las posibilidades individuales sólo con el único objetivo de
mejorar registros en una red social. La admiración y respeto de la comunidad
digital es clave en dicho planteamiento. El 7,3 % incluso llega a aceptar que
su esfuerzo físico pudo llegar a producirse bajo un comportamiento
irresponsable”, aduce Senso.
La encuesta fue contestada
mayormente por hombres (86,8 %) de edades comprendidas entre los 18 y los 50
años (un 88,2 %). El 21,5 % de los deportistas preguntados aceptaron que experimentan
la sensación de que están perdiendo o desaprovechando su tiempo cuando navegan
por Strava y observan los entrenamientos de los integrantes de su comunidad
digital. La insatisfacción puede asociarse a irritabilidad, ansiedad o, en sus
consecuencias más severas, a depresión. Uno de cada diez de los y las encuestadas acepta que borra o
directamente no sube el contenido deportivo si no se considera lo
suficientemente positivo para que sea admirado por la comunidad de seguidores.
Es por tanto, un comportamiento inducido por la aceptación del interlocutor.
El 11,5 % de los encuestados en
el estudio de Senso aceptan centrar buena parte de su tiempo durante el
entrenamiento en la superación de los segmentos de Strava. Para el 29,9 % sólo
existe ese pensamiento cuando los segmentos están próximos. En total, más del
40 % acepta estar centrado en la superación en dicho “juego” en parte o la
totalidad del entrenamiento. El consumo de redes sociales antes del ejercicio
físico reduce las capacidades de respuesta y la toma de decisiones adecuadas en
el deporte. Según Carles Senso: “La disciplina y el esfuerzo que exige la
mejora deportiva van acompañados hoy, de forma general, de la presión por la
sobreexposición que se produce a través de la redes sociales. El nuevo
paradigma comunicacional que supone la cibercomunicación ha diluido, hasta
prácticamente hacer desaparecer, las diferencias entre los espacios públicos y
privados, por lo que hoy la participación en entrenamientos y competiciones son
evaluados o, como mínimo observados, por múltiples personas que, siguiendo la
tendencia de las otras redes sociales más genéricas, opinan. Opinan sin
filtros. Dada la publicación pública de los registros antes privados, Strava
introduce la competitividad en el entrenamiento y, con ello, los patrones de
consumo y rivalidad individual. La adicción de los deportistas a Strava se conoce
como stravismo, padecido por
deportistas obsesionados en conseguir los mejores tiempos en los sectores
establecidos en la plataforma o el reconocimiento de sus seguidores. La
compartimentación de los entrenamientos a través de la redes sociales forma
parte ineludible ya de dicha preparación. Se precisa una mayor alfabetización
digital que capacite a los usuarios de las redes sociales y les dé a conocer
las consecuencias del consumo masivo e incluso adictivo. Las nuevas
herramientas de interacción social aportan nuevas formas de comunicación y
viceversa, por lo que la creación de contenido debe ir sujeta a su comprensión”.
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