El sospechoso, en una imagen de a Guardia Civil. / EFE
Un hombre de 29 años ha sido detenido por un agente de la Guardia Civil fuera de servicio cuando, presuntamente, intentaba robar a un vecino de Santa Pola empleando el “metodo cogotero”.
Según el instituto armado, los hechos ocurrieron el pasado 22 de octubre cuando guardia civil observó una situación entre dos varones que le resultó sospechosa en una calle a plena luz del día y decidió acercarse ante la sospecha de que pudiera tratarse de un intento de estafa o de robo.
Mientras se aproximaba hasta ellos, el agente se percató de otras dos personas, que también se hallaban en el escenario y que parecían estar compinchados con el posible autor, y que trataron de disuadirle de prestar auxilio, aunque cuando se identificó como agente los tres hombres trataron de huir del lugar. Sin embargo, el agente logró que el supuesto autor material del robo permaneciese allí y procedió a su detención mientras que solicitaba apoyo a las patrullas para tratar de localizar a los otros dos.
La víctima, visiblemente afectada, manifestó a los agentes que, cuando circulaba con su bicicleta por el casco urbano, tres individuos se le habían acercado tratando de confundirlo y ofreciéndole ayuda para reparar un supuesto pinchazo en la rueda de su bicicleta. Añadió que mientras trataban de distraer su atención, observaban minuciosamente las pertenencias que portaba, entre ellas, un reloj de pulsera de alto valor.
Al arrestado le constan antecedentes y se le atribuye un delito de hurto en grado de tentativa, al tiempo que hay una investigación abierta para localizar a los otros dos.
'Método del cogotero'
Este tipo de hurto, conocido como el “método del cogotero”, consiste en distraer a la víctima, atrayendo su atención con preguntas u ofreciéndole una ayuda que no han solicitado y, aprovechando ese momento de confusión, robarle sin que le dé tiempo a reaccionar.
Suelen elegir a víctimas vulnerables, bien por su edad o por cualquier otra condición como, por ejemplo, que vayan solos, sean extranjeros que no hablan el idioma, o bien turistas que se encuentran en una ciudad que no conocen y a las que sus circunstancias les pueden impedir solicitar ayuda rápidamente, facilitando esto la huida antes de que a la víctima le dé tiempo de pedir auxilio.
Si la víctima se percata o se resiste, no suelen dudar en consumar el robo por la fuerza, empleando la violencia en caso necesario.
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