La pregunta está en el debate que mantienen los partidos que integran Compromís. Si la formación valenciana concurre junto a Podemos a las próximas elecciones generales, ¿fagocitará el partido de Pablo Iglesias al de Enric Morera y Mónica Oltra? ¿Será el principio del fin del éxito de Compromís, que en las pasadas elecciones municipales y autonómicas logró el mejor resultado para el nacionalismo valenciano de la historia?
Un sector de Compromís ve con buenos ojos ir de la mano de Podemos. Principalmente, el de Mónica Oltra. Y, por el contrario, el nacionalismo metamorfoseado de la antigua Unitat del Poble Valencià y después Bloc Nacionalista Valencià, es mayoritariamente contrario, ante el temor precisamente de que Podemos acabe desdibujando el proyecto que tan buenos resultados ha dado en tierras valencianas.
Pase lo que pase, el propio debate ya ha tenido efectos internos en Compromís, al volver a quedar patente el tira y afloja que protagonizan Mónica Oltra -vicepresidenta de la Generalitat- y Enric Morera -president de les Corts Valencianes-. En la batalla por la candidatura, Oltra se llevó el gato al agua y lo que está en juego en las elecciones generales no es sólo el resultado electoral en la circunscripción de Valencia, sino que supondrá la confirmación de quién es el verdadero líder en Compromís.
Compromís ha conseguido dibujar un perfil político que supera con creces al nacionalismo del Bloc, gracias principalmente a la figura de Mónica Oltra, sus camisetas, su brillo personal y el apoyo de algunos medios nacionales, como laSexta. Sin embargo, el exceso de protagonismo de Oltra en la coalición es un arma de doble filo: por un lado, ha disparado electoralmente a Compromís, entrando en los principales Ayuntamientos -con alcaldías en algunos tan importantes como Valencia o Sagunto-, en las Diputaciones -cogobernando en la de Valencia-, y con gran peso en la nueva Generalitat Valenciana; pero, por otro, puede llevar al mismo tiempo a la ruina a Compromís si Oltra decide forzar la maquinaria e imponer sus criterios en asuntos tan delicados como, el más inminente, por ejemplo, pactar con Podemos una candidatura unitaria a las elecciones generales, como ya ha hecho la formación de Iglesias con Iniciativa per Catalunya.
Compromís se encuentra en estos momentos en una situación inmejorable para dar el salto en solitario a Madrid, con opciones incluso de obtener grupo parlamentario propio si lograra dos diputados por Alicante, dos-tres por Valencia y uno por Castellón. Ahora es el momento de intentarlo en solitario, pues sólo con conseguir dos o tres -en estos momentos cuenta con uno, Joan Baldoví-, sería un resultado histórico. Por el contrario, si pacta con Podemos, la sociedad valenciana vinculará para siempre a Compromís con la formación de Pablo Iglesias, para lo bueno, pero también para lo malo. Y comenzará a desdibujarse el perfil de Compromís en la Comunitat Valenciana. No olvidemos que en los pasados comiciones autonómicos y municipales, Compromís ha eclipsado totalmente a Podemos, tanto en les Corts, como sobre todo en los municipios. ¿Va a permitir que su marca sea fagocitada por Podemos dejándose llevar por la moda de Pablo Iglesias?
Mónica Oltra.
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