Amparo Folgado. EPDA En estos días se han estado celebrando diferentes actos en el marco de la Semana de la Movilidad. Una semana en la que, según el Ayuntamiento, se reivindica otro modelo de movilidad más sostenible y ecológico, donde el transporte privado ha de dejar paso a transportes de uso colectivo y menos contaminantes, que desestresen las ciudades y mantengan más saludable el ambiente.
Todo esto, además de estar muy bien, es más que necesario. Todos coincidimos en que debemos mantener nuestro aire más limpio, cambiando hábitos de transporte más beneficiosos para el conjunto. Pero esto no sólo ha de quedar en palabras, sino en hechos. O en hechos permanentes, no solo durante 7 días.
Cambiar el modelo de movilidad supone que los viajeros, permítaseme llamarles así de forma genérica, tengan alternativas reales al uso de su medio de transporte habitual. Si pretendemos que los viajeros dejen en sus casas los coches a diario, el transporte público ha de prestar ese servicio de la misma forma, o por lo menos no muy distante, a la del transporte privado.
Por eso, las conexiones de transporte colectivo, como mínimo con las zonas contiguas, han de, primero existir, y luego prestarse de forma satisfactoria y resolutoria.
En el caso de Torrent, no podemos quejarnos, aunque tampoco tirar cohetes. Contamos con un servicio de Metrovalencia que conecta con la capital cada 15 minutos por línea, siendo la media europea de 8 minutos según la Comisión Europea.
También existen conexiones a través de autobús interurbano con Valencia y una gran zona comercial, con frecuencias de 20 y 35 minutos respectivamente. Sin embargo, poblaciones como Catarroja, Albal o Alcasser, limítrofes a nuestra ciudad, no cuentan con servicio de transporte público entre ellas y Torrent.
Todo pasa por ir hasta Valencia capital y desde allí coger otro transporte que conecte con una de estas localidades.
Y para que hablar del aeropuerto. Torrent, la capital de l´Horta Sud, no cuenta con ninguna conexión directa con este punto estratégico. También hay que coger un metro, o autobús, hasta Valencia y de ahí enlazar con el aeropuerto a través de otro medio.
En este caso, Torrent, separada por apenas una decena de kilómetros de Manises, tiene una conexión por transporte público de no menos de 1 hora. Potenciando y mejorando, o incluso creando, estas conexiones, es como de verdad se fomenta un cambio de modelo de transportes. Interconectando el área metropolitana.
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