Vista de una sala de juicios vacía. EFE/Archivo
La Fiscalía solicita penas que suman más de 18 años de prisión para un
vecino de Catral (Alicante) acusado de haber retenido durante cuadro
días a su entonces pareja y violarla tras golpearla y amenazarla con
expresiones como "tú de aquí no te vas porque me perteneces".
El
procesado, de 34 años, se sentará el próximo jueves en el banquillo de
los acusados ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de
Alicante.
El ministerio público le acusa de un delito de
violación, otro de detención ilegal, cinco de maltrato, un delito
continuado de injurias, un delito de amenazas y otro de daños.
Los
hechos tuvieron lugar entre el 9 y el 13 de julio de 2016, después de
que el procesado y su entonces compañera sentimental iniciasen una
discusión a las puertas del domicilio de él, supuestamente originada por
celos.
En ese momento, el acusado agarró a la mujer, con la que
compartía una relación de siete meses, la tiró al suelo y la arrastró
hasta el interior de la vivienda, tras asegurarle que le pertenecía.
Según
el escrito de calificación inicial de la acusación pública, ya en el
interior del domicilio, y tras golpearle en el rostro, el acusado
prosiguió profiriéndole insultos como "eres una puta, tú lo que quieres
es dejarlo para irte con otros".
Acto seguido, el procesado abandonó la vivienda y la cerró con llave para que ella no pudiese salir.
Cuando
volvió, forzó a su víctima a que mantuviese relaciones sexuales con él,
a lo que ella accedió por temor a que le causase algún daño.
Al
día siguiente, cuando la mujer intentó salir de la casa, el acusado
volvió a agarrarla con fuerza y la estampó contra un armario, al tiempo
que le decía "tú de aquí no te vas, hija de puta".
El procesado
volvió a marcharse, dejando a la mujer encerrada en la vivienda. El
encierro se prolongó dos días más, mientras el acusado aseguraba a su
víctima que no iba a salir del domicilio y le asestaba nuevos golpes.
Al
cuarto día, la madre de la mujer, que había llamado por teléfono
constantemente sin conseguir hablar con su hija, avisó al acusado a
través de un mensaje telefónico de que le denunciaría si no tenía
noticias de ella durante esa misma jornada.
Fue entonces cuando
el procesado liberó a su expareja con la advertencia de que acabaría con
ella y que le daba igual ir a la cárcel, pero que si no estaba con él,
no estaría con nadie, según el relato de la Fiscalía.
La
acusación pública señala que el procesado mantuvo un comportamiento
controlador desde el inicio de la relación hasta el punto de agredirla
en varias ocasiones, hasta que ella presentó la denuncia justo después
de quedar liberada de su encierro.
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