Composición del cáliz, en los documentos aportados por Gabriel Songel. Los descubrimientos sobre el Santo Cáliz de València realizados por el
catedrático Gabriel Songel durante sus investigaciones de los últimos
seis años y que ahora se recogen en el libro "El Cáliz revelado" hacen
"más verosímil" que la reliquia custodiada en la Catedral valenciana sea
"la auténtica", una tesis comprobada al 99,99% en la tesis doctoral de la investigadora Ana Mafé.
Publicado por la editorial Tirant lo Blanc y
presentado este lunes junto a la capilla que custodia el Santo Grial
valenciano, el libro de Songel aúna las investigaciones del catedrático de Diseño
de la Universidad Politécnica de València que "adelantan 300 años" la
primera referencia a este cáliz.
Songel ha detallado cada uno de
sus descubrimientos que, a su juicio, "corroboran que el Cáliz estaba en
Aragón en la Edad Media, por lo menos en el siglo XI, y confirman datos
que aparecen en la tradición oral de San Lorenzo", lo que "hace más
verosímil que el Cáliz de València sea el auténtico" de la última cena
de Jesús.
"Lo que está claro y nadie ha podido rebatir hasta
ahora es que la copa superior del Cáliz de Valencia es una piedra ágata
que solamente se cultiva en Palestina y tallada de una forma muy
especial en torno al siglo primero de nuestra época", ha apuntado tras
la presentación.
Los demás cálices que reivindicaban ser el usado
por Jesucristo, "han ido cayendo porque no han pasado ese filtro
arqueológico, o eran muy posteriores o tenían otra finalidad", ha
añadido.
También ha explicado que la copa original se fue
adornando durante la Edad Media "para realzar lo que significaba" y ha
puesto de manifiesto que en el siglo XI "todavía no se daba el fenómeno
de la ostentación de las reliquias, era algo íntimo que pertenecía a las
familias".
El primer hallazgo "sorprendente" de Songel fue
comprobar que la composición del Cáliz tal cual lo conocemos actualmente
sigue un patrón estilístico relacionado con las marcas de los canteros.
Igualmente,
la minúscula inscripción de 17 milímetros se realizó con el mismo
patrón de retículas compositivas, lo que evidencia que tras su creación
"había mucha ciencia y conocimiento de la tecnología puntera" en esa
época.
Posteriormente, vinculó la reliquia con la Corona de
Aragón al descubrir la coincidencia de la moneda acuñada por el rey
aragonés Sancho Ramírez con la estructura del cáliz, ya que sus asas
"son talmente la curva de la planta del tronco de Jesé y en vez de la
copa es la cruz en la moneda".
Investigó la inscripción bajo un
prisma iconográfico y ahondó sobre el fenómeno de la trasliteración
entre el árabe y el hebreo medieval. De hecho, se había interpretado en
árabe cúfico como "la resplandeciente" y en la a imagen inversa, como
hebreo "Yaveh Joshua" (Jesús es Dios).
Ello le hizo apuntar que
el posible autor fuese el judío converso Pedro Alfonso, conocedor del
hebreo y el árabe y con acceso al cáliz, a los monjes de san Juan de la
Peña y a los reyes aragoneses.
En sus investigaciones halló, en
un manuscrito que contiene el relicario del monasterio San Juan de la
Peña, en el siglo XI, la referencia más antigua conocida hasta la fecha
del Santo Cáliz de València, pues hasta el momento solo aparecía en
documentos en 1399 cuando Martín el Humano lo reclama a los monjes.
Se
trata de un acróstico pues "con las letras que están en los límites de
los bloques de texto se puede hacer una lectura continuada" que menciona
"Calis Lapis Exilis Domini" (cáliz de piedra preciosa del señor).
El
libro es el catálogo para una exposición impulsada por la Agencia
Valenciana de Turismo, que se inaugurará en junio y recorrerá los
municipios que forman parte de la Ruta del Santo Grial.
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