Amparo Sellés. EPDA Después de tantos días de encierro, he comprobado como esos efusivos y
prolongados aplausos de las tardes se han venido abajo, han perdido
fuerza, ya no se oyen como antes o simplemente han desaparecido. ¿Qué
está pasando? Porqué se ha dejado de hacer palmas al ritmo del Resistiré
tan famoso?
Yo podría entender que la gente de mi
barrio se escondiera por no escuchar mi aterciopelada voz cantando 'la
ballaora quan balla' porque después de tantos dias ya no es lo que era y
en vez de soltar algún gallo por mi garganta riberenca ahora salen
avestruces. Pero no, no es eso ya que no sólo sucede en mi barrio, es en
toda España y no creo que mi voz de para tanto...
Entonces repito ¿qué
está pasando? ¿Dónde están esos solidarios que criticaban a los que por h
o por b no podían salir a aplaudir? Ya lo se, ahora todos se han hecho
deportistas, pero ¿no hay más horas para ejercitar el cuerpo? ¿no pueden
esperarse cinco minutos que dura el aplauso y la cancioncita?. Y es que
queridos míos para dar lecciones, antes hay que aprendérselas.
Ahora
estamos viviendo un silencio anómalo e irreal, no nos acostumbramos a
los guantes y las mascarillas, parecemos personajes sin rostro.
Valoramos lo que antes no tenía importancia.
Vivimos una montaña rusa de
emociones, cada detalle cuenta: un bon dia, una mirada d'una persona
major que quasi no pot caminar i et somriu, això amics meus em dona
forces per a lluitar, lluitar per mi i per qui em necessita. Són dies de
lliçons sol·lidaries, la generositat brolla per tot arreu. Eixes són
les lliçons per a mi, ixir al balcó a aplaudir als herois sen se capa, a
TOTS. Ara em ve al cap una frase d'un altre amic meu Martin Luther
King: 'sols en l' obscuritat pots vore les estreles' i així és.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia