Vicente Antonio Ruiz Rodríguez/EPDA Famorca, es un pequeño municipio de la comarca del Comtat en la provincia de Alicante. Está situado en la Vall de Seta, entre la sierra de Alfaro y la sierra de la Serrella. Gracias a su ubicación nuestro pueblo es un gran
atractivo para realizar actividades al aire libre y vivir de primera mano su naturaleza. Actualmente, el censo de población es de 47 habitantes, cifra que denota un claro despoblamiento en la zona. Una situación que empieza
a preocupar tanto a los habitantes como a las entidades locales. Puesto que cada vez la población de estos municipios es más mayor, lo ideal sería que el crecimiento se basara en incrementar la población atrayendo a familias o jóvenes con intención de establecerse a largo plazo.
Debido a la pandemia y al crecimiento del teletrabajo se vio una gran oportunidad para conseguir este objetivo. Pero para ello se necesitan medios para garantizar un teletrabajo de manera efectiva, como son: banda ancha, calidad
de internet, cobertura de telefonía móvil y muchos más recursos que se han solicitado a las administraciones.
Pero además de esto, también planteamos la opción de dirigirse a otro público objetivo, como la gente prejubilada o jubilada. Todos aquellos que desean volver a su localidad natal o aquellos que buscan una nueva vida de calidad en estos pueblos situados en plena naturaleza. Para ello, es necesario dotar al pueblo de infraestructuras y recursos que garanticen a todos los habitantes una calidad de vida óptima, donde prime el sector servicio destinado a mayores y el entretenimiento. ¿Cuánta gente conoces de tu alrededor que alguna vez haya dicho que le encantaría jubilarse en
un pueblo pequeño? Famorca puede convertirse en un destino que reúna todas las condiciones para cumplir las expectativas de este estilo de vida.
Nuestra propuesta sería promocionar el pueblo como destino ideal para este perfil de habitantes. Que pueda entretenerse, ya sea con pequeños trabajos de la agricultura o pequeños huertos, juegos de animación sociocultural,
y además, el poder sociabilizar con una población, que al final acabará siendo como su familia.
Además, todo esto se podría complementar con actividades para perfiles más jóvenes, potenciando el entorno natural. Alquileres de bicicletas, visitas guiadas, senderismo o actividades de aventura, son algunos ejemplos de
todas las actividades que podemos desarrollar para apoyar esta iniciativa. Una inversión en este pequeño paraíso entre montañas, podría aportar vida y luchar contra ladespoblación.
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