Los expertos en salud mental recomiendan una vuelta a la normalidad "progresiva" tras el fin de las restricciones

La vuelta a los hábitos y actividades que realizábamos antes de las restricciones derivadas de la pandemia de covid-19 debe realizarse de manera "progresiva", tal y como apunta el psicólogo clínico del Hospital Vithas Aguas Vivas, Rafael Salom.

Salom recuerda que, tras más de un año de convivencia con la covid-19, muchas personas se pueden mostrar "temerosas" de recuperar su actividad tras el cese del estado de alarma y el inicio del fin de las restricciones. En este sentido destaca que el final de las restricciones "deja al ciudadano en libertad para tomar sus propias decisiones, y es importante que no nos dejemos llevar por los impulsos. En primer lugar, porque todavía convivimos con el virus".

"Todos tenemos muchísimas ganas de que todo termine y volver realmente a la normalidad, pero no nos podemos dejar llevar por el descontrol ya que estoy puede llevarnos a tener una mala experiencia. Hay que intentar controlar esos impulsos e ir poco a poco", afirma.

En este sentido, el profesional de Vithas Aguas Vivas reconoce algunas personas pueden tener "desconfianza" ante el fin del estado de alarma y no sentirse "seguros". "Mi recomendación es ir despacio, empezar a salir con personas próximas y a lugares donde nos sintamos cómodos. Pero si el miedo o el temor no nos deja actuar con normalidad, lo mejor es acudir a un especialista", indica.

Rafael Salom resalta también que es necesaria una planificación de cosas para hacer en diferentes momentos: "No podemos hacer todo lo que no hemos hecho hasta ahora en un día. Hay que ir poco a poco, con precaución y siempre respetando las recomendaciones sanitarias".

El psicólogo de Vithas Aguas Vivas recuerda que, tras más de un año de convivencia con la covid-19, se reconoce la crisis sanitaria, también la social y económica, pero a nivel emocional ha sido más difícil de identificar. Una de las consecuencias es la llamada "fatiga pandémica". "Llevamos muchos meses de incertidumbre, sin saber que nos deparará el futuro, de trabajo duro para poder mantener un equilibrio en nuestras vidas, cansancio, miedo a enfermar, a perder nuestro trabajo, al cambio de nuestras rutinas laborales. También, el distanciamiento de nuestros seres queridos, de nuestros amigos, sintiéndonos en momentos solos, tristes o con ansiedad, adaptándonos a cada momento que nos marca la pandemia y las restricciones para poder vencerla. Todas estas consecuencias hacen que nos sintamos agotados, irritables, que nuestros niveles de estrés aumenten y veamos que no tenemos los suficientes recursos para poder afrontarlo".

Una de las consecuencias de la "fatiga pandémica", puede ser incluso "el temor a la vuelta a la normalidad" tras el cese del estado de alarma. Por este motivo, Rafael Salom aconseja crear rutinas y planificar las actividades y los días en función de nuestras posibilidades; realizar actividades agradables y no aislarse sino contactar con los amigos o familia, en la medida de lo posible.

Por último, Salom destaca la importancia de analizar cómo nos sentimos y nuestras emociones, para poder expresarlas y compartirlas con los demás; mantener una alimentación saludable y hacer ejercicio, y pedir ayuda los profesionales de la salud mental si nos vemos desbordados por la situación.