El
coronavirus continúa siendo una incógnita para el mundo sanitario en muchos
aspectos, pero cada vez existen más evidencias y estudios comprobados respecto
a sus consecuencias y las condiciones y problemas de salud que agravan su
incidencia. En este artículo en concreto te explicamos cómo los efectos del
coronavirus se agravan en pacientes obesos con hígado graso.
El coronavirus y
sus efectos graves en pacientes obesos con hígado graso
El
hígado graso es un problema de salud más habitual de lo que pensamos. Casi el
25% de la población padece esta dolencia, que normalmente suele asociarse a la
obesidad, lo cual duplica el riesgo de enfermar de gravedad a causa del
coronavirus.
La
pandemia del COVID está lejos de desaparecer de nuestras vidas en un futuro cercano
y no deja de provocar nuevos infectados y fallecidos. De esta manera, como
todavía no existen tratamientos comprobados y la vacuna no llegará hasta dentro
de bastantes meses según los expertos, la mejor medicina es la prevención:
evitar los espacios cerrados, evitar los espacios con muchas personas y evitar
también los contactos que no sean estrictamente necesarios. Además, si no podemos evitar el contacto resulta
fundamental utilizar mascarilla, tener una buena higiene de manos y
mantenernos al menos a metro y medio de distancia.
Al
mismo tiempo, junto con las medidas de prevención ya mencionadas, los expertos
no dejan también de buscar factores de riesgo que hagan más vulnerables a las
personas que pueden llegar a infectarse por COVID, a fin de encontrar
soluciones y lograr detectar rápidamente futuras complicaciones para poder
actuar antes de que sucedan. Entre las enfermedades de riesgo que pueden
aumentar la incidencia, el contagio y la gravedad del COVID encontramos la
obesidad, la diabetes tipo 2 y el hígado graso, así como otras enfermedades
hepáticas.
Según varias de
estas investigaciones, los pacientes con obesidad y con hígado graso o con
inflamación interna, aunque sea de bajo grado, cuentan con un riesgo mucho
mayor de padecer cualquier tipo de complicación si se infectan de COVID-19. Por ejemplo,
estos estudios evidencian como en España la mortalidad del COVID es de entre el
2 y el 6 por ciento, pero la obesidad se encuentra detrás del 75 % de los casos
más graves de la enfermedad, incrementando el riesgo en más de un 27% en
personas con un IMC de más de 35 y en más de un 50% para las personas obesas
con un IMC mayor de 40. En este punto, los expertos destacan la importancia de
fomentar unos hábitos de vida saludables entre la población de cara a minimizar
los efectos de esta enfermedad y de otras enfermedades similares que puedan
llegar a aparecer en el futuro. Si te interesa dedicarte a la nutrición y a
mejorar la vida de los demás desde el punto de vista de la salud en quecarreraestudiar.es puedes encontrar toda la
información que necesitas sobre los estudios de nutrición y dietética, sin duda
la base a nivel de prevención para evitar que la población desarrolle problemas
de salud tan graves, y a la vez evitables, como la obesidad o el hígado graso.
Y
es que, como indicábamos en la introducción, la enfermedad del hígado graso afecta a más del 25 por ciento de la
población adulta, siendo sin duda la primera causa de enfermedad hepática
crónica, así como también de cirrosis y de cáncer de hígado, y por supuesto
se encuentra especialmente asociada a la obesidad.
Diversos
estudios han demostrado como diferentes pacientes con hígado graso y obesidad,
que presentan también diferentes grados de inflamación, cuentan con una gran
cantidad de enzima ACE2, que es el receptor celular del coronavirus, así como
también con una gran cantidad de la molécula Tmprss2, una molécula que hace
mucho más sencilla la unión de diferentes membranas del virus y de la célula.
De esta forma, no es sólo que la incidencia y la gravedad del COVID en los
pacientes obesos con hígado graso sea mayor, sino que tienen un riesgo mucho mayor de que el virus presente en su organismo,
lo cual teniendo en cuenta su delicado estado de salud aumenta su
vulnerabilidad en caso de infectarse de COVID.
Asimismo,
diversos estudios también demuestran que aunque la obesidad y la diabetes tipo
2 siguen siendo factor de riesgo, en estos enfermos la puerta de entrada del
virus no se encuentra tan acelerada como en los pacientes que padecen hígado
graso.
Si
bien en un primer momento lo que buscan estos estudios es poder aplicar
diferentes tratamientos especialmente adaptados a las personas que padezcan
estas dolencias para evitar la incidencia grave del coronavirus, todos los profesionales coinciden en que la
clave pasa por eliminar estas dolencias fomentando hábitos de vida más
saludables entre la población. Es por todo esto que los sanitarios e
investigadores advierten de la importancia de llevar una vida saludable,
formarse con profesionales de la salud como los dietistas o nutricionistas para
aprender a comer bien y prevenir estas enfermedades y hacer frente al
sedentarismo con movimiento y ejercicio diario. Además, como hemos podido
contrastar en este artículo de AlimentosWiki.com, los pacientes
obesos con hígado graso que ya presenten cierto grado de inflamación deberían
ponerse en manos de profesionales para que pudieran asesorarles sobre los
alimentos a evitar para superar esta dolencia, recuperar un rango de peso
saludable, mejorar su salud y terminar con los problemas de hígado graso cuanto
antes.
El hígado, según
los expertos, es un órgano que tiene una gran capacidad para regenerarse y una
muy buena actividad metabólica, con lo que esto puede ser positivo si se
empiezan a tomar medidas para mejorar la salud, pero también puede ser negativo
a la hora de luchar contra la enfermedad porque todos los síntomas pasan
desapercibidos para la mayoría de pacientes con hígado graso hasta que su
enfermedad no se encuentra en un grado más avanzado.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia