La
Universidad Politécnica de Valencia es uno de los socios del
proyecto GUARDIAN, que junto a los Ayuntamientos de Paterna y
Riba-roja de Túria, Hidraqua, Medi XXI y CETAQUA; trabajan en los
últimos años para aumentar la resiliencia a incendios en una zona
de interfaz urbano-forestal del Parque Natural del Túria y la
Vallesa. Esta iniciativa está financiada por la Unión Europea a
través de la convocatoria a los Urban Innovative Actions;
iniciativas innovadoras para mitigar los efectos del cambio climático
y en este caso en concreto, los incendios forestales.
Hasta
la fecha las entidades socias han ido avanzado en el desarrollo del
proyecto. Esta semana, la Universidad Politécnica de Valencia se ha
reunido con el resto de los socios para mostrar de primera mano la
labor que ha llevado a cabo para analizar la capacidad de adaptación
de estos bosques al cambio climático.
La
aportación al proyecto GUARDIAN por parte de la UPV se realiza a
través del equipo técnico del grupo de investigación ReForeST,
liderado por el profesor Dr. Antonio del Campo, y se centra en
analizar las características del sustrato edáfico en función de
las condiciones atmosféricas y las consecuencias sobre el estado
hídrico de la vegetación. Durante el verano de 2020, la Universidad
ha instalado sensores en el suelo y en los árboles en zonas
seleccionadas de La Vallesa para cuantificar las modificaciones en la
estructura y funciones de los ecosistemas forestales. Esta
instalación permite monitorizar con una gran precisión el continuo
suelo-planta-atmósfera. Se toman datos con una alta frecuencia
temporal durante el día y permanentemente, generando series
temporales de variables como potenciales hídricos de la planta y
suelo, conductancia estomática, contenido hídrico del suelo,
tronco, copa y de los combustibles finos, y el flujo de savia. Con
estos datos, se profundizará en el conocimiento de cómo los cambios
en la precipitación y la temperatura se traducen en cambios en el
sustrato y en las funciones y estructura de la vegetación. En último
término, el estrés hídrico de las masas forestales implica el
incremento de su inflamabilidad y el riesgo de incendios.
Estas
relaciones, analizadas durante los períodos estivales y a lo largo
de todo el año, permitirán determinar patrones de irrigación
óptimos. La irrigación de las masas forestales en la interfaz
urbano-forestal próximas a las urbanizaciones que rodean a La
Vallesa forma parte de la estrategia de gestión territorial de
GUARDIAN. Con este fin, se han iniciado ensayos de riegos para
comparar la reacción de los árboles monitorizados frente al estrés
hídrico y su mitigación, dividiendo la muestra entre árboles
regados y árboles control, sin regar. Se trata de un diseño
experimental con una cierta analogía con trabajos en agricultura de
precisión, trasladado al ámbito forestal, un aspecto poco
estudiado, para fomentar un uso eficiente de los escasos recursos
hídricos cada vez más mermados en las regiones mediterráneas, y a
la vez ayudar a la vegetación a paliar los efectos negativos de las
sequías persistentes, generándose evidentes sinergias con
estrategias de prevención y defensa frente a incendios forestales.
El
innovador diseño experimental ya operativo en La Vallesa
proporcionará unas sólidas bases científicas para definir patrones
de riego automatizados que se activarán en condiciones de riesgo, de
manera preventiva y como defensa en caso de incendio.
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