Mamen Peris ¡Cuántas veces oímos la palabra transparencia en boca de los políticos! Y si estamos en periodo electoral, ¡no les quiero ni contar! Pero, ¿hay transparencia real con el Botànic? Para mí, la transparencia botánica se ha vuelto invisible.
Cada vez que la oposición pide una comisión de investigación, el tripartito vota NO. ¿Qué ha pasado? ¿Qué miedo tienen a que se sepa la verdad? ¿Qué ocultan tras ese rotundo no? ¿Eran buenas las comisiones de investigación cuando estaban en la oposición, y ahora que gobiernan no? Esto se llama hipocresía.
Es muy saludable democráticamente recibir explicaciones de parte de la vicepresidenta Mónica Oltra sobre qué ocurrió en los centros de menores, cuando ordenó el cierre fulminante de Segorbe. Pero también conocer los motivos de su pasividad respecto al tema de su exmarido, acusado de abusos a una menor. Debe saberse la verdad sobre las acciones del presidente Puig en un medio de comunicación que recibe dinero público; o ¿quién está detrás de los hospitales de campaña?, y ¿quienes son todos los cargos públicos que se han colado en la vacunación? Todos ellos, son temas de transparencia. Pero ante ello, el tripartito, MUTISMO ABSOLUTO. Las respuestas a los interrogantes, se quieren guardar en un cajón. Esta es la transparencia botánica.
Pero la transparencia botánica también se ha vuelto invisible en temas como conocer el curriculum de una jueza venezolana, con conexiones directas con dictaduras que es el nuevo fichaje del Sr. Dalmau. El sueldo a esa asesora, de cuantía nada desdeñable, sesenta mil euros, nos dará derecho, creo yo, a saber, al menos, qué cualidades tiene y por qué se necesita.
¿Cómo vamos a fiarnos que el Botànic sea transparente, cuando Pspv y Compromís se repartían los cargos en la empresa pública "Divalterra" de la Diputación de Valencia sin respetar la Ley? La transparencia botánica se ha vuelto invisible, cuando frente al mérito y la capacidad, se antepuso el carnet del partido.
Cada vez estoy más convencida de que tener una Conselleria de Transparencia es uno de los gastos más inútiles de la estructura mastodóntica del Consell, sobre todo cuando la consellera se limita, antes estos casos, a mirar hacia otro lado. Su único mérito fue votar en su día a una investidura de Ximo Puig como presidente.
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