Varias personas fotografían la reliquia de la Santa Faz. EFE/Archivo La policía local de Alicante custodia desde el pasado sábado el monasterio donde se guarda la reliquia de la Santa Faz, después de que la orden de las Clarisas haya trasladado a las monjas que allí residían.
El alcalde alicantino, Luis Barcala, ha señalado que mantendrá la seguridad en el convento mediante la presencia de la policía local para que "los alicantinos estén absolutamente tranquilos" y la reliquia no esté sola.
El traslado de las últimas monjas de clausura que vivían en el monasterio de la Santa Faz ha causado estupor en la ciudad ya que, inesperadamente, ha puesto fin a una tradición de más de 500 años en torno a uno de los símbolos que se sienten como más alicantinos.
Las clarisas han estado ese tiempo en el monasterio al que cada segundo jueves después de Semana Santa peregrinan cientos de miles de alicantinos para venerar uno de los sudarios con los que la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario.
La marcha de las religiosas se produjo el pasado sábado, prácticamente sin previo aviso, y desde entonces la policía local vigila el inmueble.
"La reliquia no se mueve bajo ningún concepto del monasterio", ha afirmado hoy el alcalde, quien ha desvelado que se están haciendo gestiones para que las Clarisas vuelvan al monasterio.
En la misma plaza del monasterio y a través de la plataforma Change.org se recogen firmas para tratar de que se vuelva a la situación inicial.
La tradición de acudir en peregrinación hasta el monasterio de la Santa Faz, adscrito a la Orden de las Hermanas Clarisas, se repite desde hace 538 años, concretamente desde el 17 de marzo de 1489.
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