Las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la generación de
electricidad en España se han reducido a la mitad desde que se empezó a aplicar
el mercado de derechos de emisión de CO2. Es uno de los datos que
arroja el estudio ‘Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en
España 2005- 2018’, elaborado por la consultora internacional de medio ambiente
Liken Carbon Hub y publicado por la Fundación Naturgy.
Con
esta disminución, en 2018 la actividad de generación eléctrica representó un
17,8% del total de las emisiones. Por su parte, el transporte fue el
responsable ese año del 27% de las emisiones, después de iniciar una senda de
ascenso en los últimos años.
Luis
Robles, socio director de Liken Carbon Hub y coautor del informe, explica que
“la mejora del sector eléctrico se debe fundamentalmente a dos factores: la
penetración de las tecnologías de energía renovable dentro del mix y la
participación del gas natural en la generación”.
Por
su parte, José Antonio Gesto, socio director y coautor del estudio, afirma que “el
hecho de que la generación eléctrica haya reducido prácticamente a la mitad su
participación en el volumen agregado de emisiones a escala nacional es muy
importante, y refleja la clara voluntad y el esfuerzo del sector para hacer que
esto pase”.
La industria
(por uso de combustibles y emisiones de proceso) causó el 22% de las emisiones
totales en 2018, y el ámbito residencial-comercial, el 9%. Las emisiones de
este último se redujeron un 30% en el periodo analizado.
Las
emisiones acumuladas en el periodo 2005-2018 correspondientes al consumo de combustibles
se originaron en un 33% en la actividad de transporte; en un 28% en la
generación de electricidad; en un 17%en instalaciones industriales; y en casi
un 11% en el sector residencial/comercial. El resto de emisiones por consumo de
combustibles corresponde a otras áreas como son, el refino del petróleo, la
pesca y la agricultura, o la fabricación de combustibles.
España reduce sus emisiones una cuarta parte
A lo
largo del periodo analizado, desde el inicio de la aplicación del mercado de
derechos de CO2 en 2005 y hasta 2018, España registró una reducción
del 25% de las emisiones de GEI, 5 puntos por encima de la media europea, y del
30% de las emisiones per cápita. Según el informe, un 80% de las emisiones GEI
corresponde a CO2.
España
representaba en 2005 aproximadamente un 8,4% del total de las emisiones de
gases efecto invernadero de la Unión Europea, cifra que ha ido disminuyendo
hasta situarse en un 7% en 2018. El nivel español de emisiones per cápita está
ligeramente por debajo de la media europea.
Otro
dato que revela la evolución a la baja de las emisiones de GEI es la intensidad
de emisiones en relación con el PIB. Según Robles, “es muy relevante el hecho
de que necesitamos menos emisiones de GEI para generar riqueza; mientras que en
2005 por cada millón de euros de PIB se emitían en España aproximadamente 475
toneladas de CO2 equivalente, en 2018 fueron necesarias solamente
278 toneladas”.
“Esto
quiere decir que estamos desacoplando la generación de riqueza, que estamos desacoplando
la economía española de las emisiones contaminantes de GEI, que estamos
consiguiendo esos objetivos ambientales que preocupan a todo el planeta, manteniendo
los niveles de riqueza y los niveles del Estado de Bienestar”, explica Robles.
Pero
todavía queda camino por recorrer en este sentido, y por ello Gesto asegura que
“el desacoplamiento de la actividad económica de las emisiones GEI va a ser
también una clave fundamental para lograr los objetivos que España se ha marcado
tanto dentro de los compromisos del Acuerdo de París, como en el marco de la
Unión Europea”.
Los sectores difusos incrementan su peso
en las emisiones totales
El informe “nos
permite también visualizar los retos que la economía española debe afrontar en
los próximos años y que tienen que ver con los sectores difusos, caracterizados
fundamentalmente por pequeños productores de emisiones muy dispersos y que a
veces resulta técnicamente más complicado de integrar dentro de la legislación
y la normativa”, explica Gesto, que destaca el transporte como uno de los
puntos en los que habrá que trabajar con más intensidad para reducir emisiones
y mitigar el cambio climático.
El
estudio ofrece datos teniendo en cuenta si las emisiones proceden de sectores
que están dentro del régimen de comercio de derechos de emisión o si
corresponden a los sectores difusos (transporte, agricultura y ganadería, y
residencial/comercial). Mientras que en 2005 los sectores difusos representaban
el 58% de las emisiones, en 2018 este porcentaje se incrementó hasta el 62%. Y
en sentido contrario, las emisiones de actividades incluidas en el régimen de
comercio de derechos de emisión pasaron de representar el 42% del total
nacional en 2005, al 38% en 2018.
La
información que arroja este estudio demuestra el resultado de la aplicación, en
España, de las políticas europeas que dan cumplimiento al compromiso de la
Unión Europea con la agenda y acuerdos internacionales sobre limitación de
emisiones de gases de efecto invernadero. Tras la adopción del Protocolo de
Kyoto, nuestro país se comprometió a limitar sus emisiones entre 2008 y 2012 a
un aumento no superior al 15% respecto al año base 1990. Aunque las emisiones
superaron ese valor, se cumplieron los compromisos adquiridos utilizando, al
igual que otros países, los mecanismos flexibles contemplados en el citado
protocolo.
Según
los autores, esta senda de actuación se verá reforzada por el compromiso
español en el marco del nuevo Acuerdo Verde Europeo, que tiene como objetivo
último la descarbonización de la economía en 2050.
Todos
los datos que recoge el estudio proceden de los niveles de emisión registrados
en las fuentes oficiales la Agencia Europea de Medio Ambiente, del Ministerio
para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, del Ministerio de Industria, Comercio
y Turismo, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía y del
Instituto Nacional de Estadística.
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