Una imagen extraordinaria de algo ordinario. M. SÁNCHEZ
Aplausos, largos
aplausos. Su eco se ha escuchado durante varios minutos tras la esperada
apertura de puertas de El Corte Inglés. Los clientes inquietos se afanaban a
las puertas del mítico centro ubicado en la calle Pintor Sorolla poco antes de
las diez de la mañana, eso sí con las correspondientes mascarillas y medidas
higiénicas a la que ya nos hemos acostumbrado. Sus ojos se dirigían curiosos al
interior, donde decenas de empleados se preparaban para recibirles con una gran
ovación. Todos a sus puestos, con la mejor de las sonrisas y con la ilusión de abrir
de nuevo, tras más de dos meses con las puertas cerradas a cal y canto. El Periódico de Aquí ha estado ahí para relatar una experiencia, la apertura de las puertas de un centro comercial, que en circunstancias normales no tendría nada de extraordinario. Sin embargo, la experiencia ha estado repleta de emociones.
Con la
misma ilusión que un alumno inicia el primer día de colegio, clientes
emocionados han pisado de nuevo las instalaciones tras muchas semanas de
ausencia. Con cautela y cierta expectación se ha producido la entrada para
muchos de ellos que han ido accediendo con calma al interior. Miradas curiosas
recorrían los pasillos mientras las escaleras mecánicas empezaban a llenarse de
vida otra vez. En este sentido, uno de ellos afirmaba sentirse “feliz” con la
reapertura “he vivido este momento con alegría y agradecimiento a todo el
personal que nos ha recibido, llevo años comprando en este centro y hoy ha sido
un día de lo más emocionante”.
El 14 de
marzo ha marcado un antes y un después para esta gran centro comercial. La
pandemia del COVID-19 y la declaración del estado de alarma llevaban a la
sociedad española al confinamiento y con él al cierre temporal de las
superficies comerciales. Por el camino han quedado fechas señaladas en el
calendario donde no faltaba la compra de regalos en un centro de estas
características; el día del padre, de la madre o festividades tan valencianas como
la de la Virgen de los Desamparados, por no hablar de la cancelación de las
comuniones u otros eventos similares. Estas fechas se quedaron sin celebración
en familia y con la única posibilidad de hacer compras en formato electrónico
para agasajar a los protagonistas. Algo que a muchos se les hace cuesta arriba.
“Después de pasar por esta estresante situación, la sociedad está un poco
necesitada del cariño, el poder tener detalles con las personas que queremos es
una necesidad” según afirman desde el
departamento de comunicación del centro.
Para la
mayoría de la población las semanas han resultado eternas, sin apenas contacto
con el exterior y con las relaciones personales reducidas al mínimo. En este
sentido, desde el centro explican que “después del grandísimo esfuerzo que ha
hecho la sociedad española para contener la pandemia ahora es el momento de
reactivar la economía, de realizar compras en cualquier establecimiento para
lograr su arranque y dinamización”.
Hacia la “nueva normalidad”
La entrada
en la Fase 2 de la desescalada ha cambiado el panorama por completo,
permitiendo la reapertura de los centros comerciales y con ella el inicio de lo
que llamamos “nueva normalidad”. Y en esta nueva fase ha llamado especialmente
la atención la emoción con la que los empleados de este gran centro han
recibido a los primeros clientes. El eco de los aplausos y las caras de ilusión
han sido una imagen para recordar y según explicaban algunos de ellos “durante
las próximas semanas estaremos a disposición de nuestros clientes,
recibiéndoles en los accesos y resolviendo cualquier duda que nos planteen”.
A medida que avanzaba la mañana el edificio se ha llenado de nuevo de
movimiento, de actividad, de apertura hacia el exterior y en resumen de “nueva
normalidad”. Se ha abierto de nuevo el
telón en el Corte Inglés.
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