Juan Benito Rodríguez Manzanares Las
actividades culturales en nuestro bello país, España, y por lo tanto en nuestra
querida Valencia, llevan en parada forzosa a causa de la pandemia
provocada por el coronavirus, más tiempo del que, para una persona con
inquietudes culturales le es recomendable. Aun así, continuaremos fielmente con
el mantra, (ahora denominados #hashtag por la ciber corriente léxica), «Yo me
quedo en casa», para favorecer la erradicación de esta «maldición vírica», que esperemos
no encuentre paralelismo con otras grandes pandemias que ha sufrido
anteriormente la humanidad como, la peste negra, originaria de
Asia, denominada también «muerte negra», que se declaró en 1346 dejando un
rastro, según historiadores, de hasta 200 millones de muertes; la viruela,
originaria de Europa, que en 1520 llegó a matar a 56 millones de personas; la
mal llamada gripe española, pues esta enfermedad se originó el 4
de marzo de 1918, en Fort Riley, Kansas, Estados Unidos, que mató entre 40 y 50
millones de personas, o con el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(SIDA), detectado por primera vez en Leopoldville, República Democrática del
Congo, tomando relevancia a partir de 1981, y que hasta el día de hoy se ha
cobrado la vida de unas 25 a 30 millones de personas.
Todas estas
pandemias han matado a más personas que la mayoría de las más cruentas guerras
que ha padecido nuestro planeta, pues la que más muertos ha dejado tras ella,
fue la Segunda Guerra Mundial con unos 70 a 83 millones de muertos, seguida de
lejos por la Primera Guerra Mundial que mató a unos 10 a 31 millones de personas.
Y en tercer lugar tenemos las Guerras Napoleónicas, que se llevó a vida de
entre unos 3,5 a 6,5 millones de personas.
Pero también
es cierto que, tras este tipo de sucesos se desarrollan grandes y graves
procesos de crisis y cambios en la sociedad más o menos importantes, así, a
nadie se le escapa que esta pandemia «coronavírica» puede traer una profunda
crisis económica y otros muchos cambios en nuestra sociedad, que ya apuntan
maneras, pues «A río revuelto, ganancia de pescadores», y esos pescadores, como
siempre ocurre, son las personas que están en lo más alto con su visión en gran
angular de nuestra sociedad y pueden influir en ella, apostando por criterios
impensables pocos años atrás, y que como un ente que todo lo ve y maneja, nos
acabaran imponiendo, haciendo que la cosmovisión distópica de nuestro mundo, y
con ello de nuestro país, cambie para siempre.
Y, como una
mente cultivada en la literatura no puede quedarse en lo que nos quieren
imponer como bueno, obraré como D-503 o como Winston Smith, que no se adaptaron
a la sociedad impuesta por El Bienhechor, o el Gran Hermano.
Estos
personajes son los protagonistas de las novelas distópicas Nosotros,
y 1984 respectivamente, de las cuales voy a ofrecer una breve
reseña, pues pueden ser reflejo de la sociedad que estamos viendo venir
tranquilamente y a paso lento, y quizá por ello no llegamos a ver todo lo que
esta distopía puede conllevar a nuestro estado de confort, y con ello, a
nuestro modo de vida.
Nosotros
es una novela distópica escrita en 1924 por el escritor ruso Yevgueni
Zamiatin (1884-1937), en la cual nos narra una historia en una ciudad
de cristal y acero dentro de un Estado Único, es decir dentro de
una sociedad donde sólo hay un único y legal partido político, y donde el yo ha
sido anulado, y los nombres y apellidos han sido eliminados para deshumanizar a
la población, motivo por el cual, el protagonista de la novela se llama D-503,
el cual estaba enamorado de I-330, pero el amor no estaba permitido, pues El
Bienhechor, autoridad máxima de este distópico mundo, piensa que esto se
produce porque aún impera la fantasía en sus hombres-número, y que esto es
equivalente a una rebelión. Por eso a D-503 le extirpan el «ganglio de la
fantasía» y es llevado fuera del «muro verde», es decir, donde la vida salvaje,
la vida normal, aún existía fuera de su mundo mecanizado. Y a I-330 la matan.
De esta
novela tiene algunas trazas la novela del escritor británico Aldous
Huxley (1894-1963) Un mundo feliz, publicada en 1932 con
su personaje principal Mustafá Mond, que ostenta el cargo de Inventor Mundial
en Europa Occidental, el cual decide enviar a una isla a Bernard Marx y a
Helmholtz Watson (protagonistas de la novela), como castigo por tener un exceso
de personalidad, (algo así como enviar a D-503 fuera del muro verde), pero al
igual que el protagonista de Nosotros, a los protagonistas de Un
mundo feliz, el Inspector les aclaró que era lo mejor que les podía pasar,
pues encontrarían personas que tendrían su misma manera de pensar.
Pero la
novela que más partido sacó de la original Nosotros, fue 1984,
publicada en 1949, escrita el escritor británico Eric Arthur Blair
(1903-1950), más conocido por su pseudónimo George Orwell, el
cual afirmó en varias ocasiones, haber leído la novela Nosotros.
1984
tiene mucho paralelismo con Nosotros, Pues su personaje Winston Smith es
el equivalente a D-503; su personaje Julia es el equivalente a I-333; su
personaje O’Brien es el equivalente de S-4711, y cómo no, su personaje Gran
Hermano, es el equivalente de El Bienhechor, pero por algún motivo
en el cual no voy a entrar en este artículo, la novela de Orwell siempre ha
tenido más relevancia y notoriedad que la novela de Zamiatin.
En 1984,
Winston Smith, que trabaja en el Ministerio de la Verdad, se revela
contra el gobierno totalitario que rige el Gran Hermano siempre
omnipresente en todos los aspectos de la vida, aunque nadie lo conoce salvo por
sus apariciones en las grandes pantallas de vídeo, pues llega a la conclusión
que, deformar y retocar la historia, que es su trabajo, sólo es parte de la
gran farsa del régimen procedentes del Partido Único,
(equivalente al Estado Único de la novela Nosotros).
Winston
Smith se enamora de Julia, (al igual que el amor entre D-503 e I-333), y
comienzan una lucha de dos contra un gobierno totalitario que llega a controlar
y vigilar a la población incluso en sus propias casas.
En esta
distopía orwelliana, la intimidad y el libre pensamiento están prohibidos, algo
así como el «ganglio de la fantasía» de la novela Nosotros. Julia y
Smith son torturados hasta el punto en que se repudian como amantes, declarando
su amor al Gran Hermano.
Estas
novelas que tratan el mismo tema distópico, son un buen punto de partida para
que un librepensador se sienta identificado con D-503 o Winston Smith, pues
según algunos estudiosos del tema, estamos inmersos en una sociedad puramente
orwelliana.
Y a pesar de
la nula actividad cultural de las últimas semanas…
Valencia es
sinónimo de cultura.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia