Chelo Poveda. EPDA.
Los indicios que están siguiendo los agentes de la UCO en la causa Azud nos hablan de una situación muy grave en la ciudad de Valencia y que explica en gran medida muchos de los despropósitos ocurridos en nuestra ciudad. Mientras el PP se repartía (presuntamente) las mordidas de la corrupción urbanística a través de Grau, vicealcalde y mano derecha de Rita, el entonces concejal del PSPV Rafa Rubio (presuntamente) hacia la vista gorda a cambio de llevarse un trozo del pastel mordido y corrupto. Rafa Rubio era hasta hace pocos días Subdelegado del Gobierno en la Comunidad de Valenciana. Ambos ahora están detenidos y en prisión.
Y lo que es todavía más grave, los indicios apuntan a que esa convivencia del PSPV con las corruptelas del PP no era algo referido a un concejal aislado y descarriado sino algo estructural, algo de partido. Una extraña forma de entender el progresismo y el socialismo. Según apuntan las fuentes policiales, otros importantes socialistas están siendo investigados, como José Luis Vera, exdirector jurídico de la extinta Divalterra, y José María Cataluña, exresponsable de finanzas del PSPV. En las reuniones investigadas por la UCO entre empresarios y políticos aparecen estos ilustres nombres socialistas y las pesquisas hacen sospechar que parte de las mordidas del PP acababan financiando al PSPV a cambio de algo que en democracia no se debe poder comprar: el silencio de la oposición.
De esta investigación podemos extraer varias conclusiones aun a la espera de que los tribunales y la UCO sigan tirando del hilo. La corrupción y muchos de los corruptos todavía siguen entre nosotras. Aún queda mucho por hacer, mucha justicia que exigir y todo un elenco de medidas y retos para evitar, denunciar y castigar la corrupción que atraviesa a los partidos tradicionales. Como hemos visto con este caso, los corruptos seguían en las instituciones y con altas responsabilidades y hasta que no han sido detenidos han sido promocionados. ¿Donde queda la tan pregonada regeneración de PP y PSPV?
Por otro lado, lo más grave de todo y lo que venimos denunciando desde el nacimiento de Podem: las vecinas y vecinos de Valencia hemos sufrido 24 años de gobierno del PP de Rita en los cuales ha pasado de todo: corruptelas, burbuja inmobiliaria, aumento de la deuda pública, financiación ilegal, recortes, falta de servicios públicos... y todo esto con la complicidad de un PSPV que miraba hacia otro lado mientras se cometían todas estas fechorías a cambio de los restos de las mordidas. Es muy grave. El PP compró el silencio de una oposición que ahora es gobierno de nuestro cap i casal y que ahora ocupa la concejalía de urbanismo.
Hablamos de un PSPV entregado, rendido. De un PSPV incapaz de hacer oposición a uno de los gobiernos más corruptos porque se dejaron secuestrar, porque quisieron llevarse los retos del cortijo del PP. Hablamos de que la ciudad y los problemas que combatimos para expulsar al PP de las instituciones se extienden al PSPV. Hablamos de un PSPV que es cómplice silencioso de todo aquello cuanto Rita hizo, deshizo y esquilmó.
Vinimos bebiendo del 15M y de las ansias de regeneración de toda una sociedad harta para, entre otras cosas, hacer de la política algo decente. Nuestras propuestas siguen siendo necesarias y aunque las ciudadanas no nos dieron su confianza en las elecciones locales de 2019, seguimos empujando con fuerza para hacer de Valencia una ciudad mejor. Es necesario levantar las alfombras de urbanismo señor Ribó, y con el PSPV al mando de la concejalía, va a ser imposible. Es necesario un modelo en el que los corruptos no sean protegidos y premiados y para eso el ayuntamiento necesita aire fresco.
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