Imagen de la Guardia Civil de la operación. /EPDA El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha intervenido en el puerto de Santa Pola 31,5 kilogramos de gamba roja, pulpo de roca y rape que estaban siendo comercializados presuntamente de manera ilegal sin haber sido presentados a primera venta en la lonja, como es preceptivo.
Además, según ha informado este viernes el instituto armado en un comunicado, los ejemplares de pulpo y rape decomisados eran inmaduros.
En concreto, los agentes se han incautado de doce kilogramos de gamba roja -un crustáceo muy apreciado en las fiestas de Navidad-, dieciséis kilogramos de pulpo de roca y 3,5 kilogramos de colas de rape.
La gamba roja ha sido requisada de manera cautelar para su presentación a primera venta. Una vez que pase los pertinentes controles realizados por los veterinarios, podría ser comercializada de forma regular. Por el contrario, el resto ha sido aprehendido para su destrucción, según la misma fuente.
Los presuntos infractores, tres buques pesqueros y un comerciante minorista, han sido denunciados ante la Sección de Pesca Marítima de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, autoridad competente, puesto que ya se había producido la venta ilegal de parte de la mercancía. Se enfrentan a sanciones de entre 601 a 60.000 euros por supuestas infracciones graves recogidas en la Ley 3/2001 de Pesca Marítima del Estado.
Según la nota de prensa del instituto armado,"la primera venta es la que se realiza en los puntos establecidos al efecto (normalmente, la lonja), con ocasión del desembarque de la mercancía", donde "se acreditan documentalmente el precio del producto pesquero y su trazabilidad. Una vez presentado en la lonja, el producto será declarado y pasará los controles sanitarios necesarios para su comercialización".
La comercialización de pescado sin haber pasado por esta primera venta impide tener una información fidedigna sobre la especie de la que se trata, su precio, su origen, su conservación y las fechas de consumo óptimo, entre otros datos imprescindibles.
Por otra parte, la ocultación de la pesca obtenida impide que se pueda llevar un control real de las capturas totales de cada especie dentro de un caladero determinado.
Asimismo, no respetar la madurez de los ejemplares al capturarlos y sobrepasar el cupo de pesca que corresponde al caladero, "además de poner en peligro la supervivencia de las especies, va en contra de las posibilidades alimentarias futuras de todos", ha advertido la Guardia Civil.
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