Yo quería escribir la canción más hermosa del mundo… que nunca pude
cantar de un tirón y me guardé las lágrimas para llorar cuando valga la
pena…
Son versos sueltos que he entrelazado de la canción de Joaquín
Sabina, escritos para “La canción más hermosa del mundo.” La hermosura
de la muerte es poca; guardar lágrimas para llorar cuando valga la pena
hoy es una realidad.
Pilar Rocher nos ha dejado. ¿Qué me empuja a escribir estas letras?
¿Por qué hacer este obituario un sábado treinta de mayo, bajo un sol
radiante y una luminosa primavera, que despide a esta mujer, amiga de
sus amigas, prudente con sus compromisos, luchadora, constante y
resistente hasta el último momento? Solo hay un impulso de mérito o
intrepidez que me hace ponerme ante el teclado, a decirle un hasta
luego, Pilar.
La vida nos conduce por caminos que nunca puedes prever. Siempre
existió y existe una excelente relación con ésta familia, como con
tantas familias del pueblo, relación de confianza, familiaridad por
lazos de vecindad, o como se le quiera denominar, pero lazos de
convivencia que son palpables en los pueblos y más cuando son pequeños,
como es Casinos.
Cuando fui Alcalde de Casinos, tuve la enorme suerte de heredar un
Juez de Paz con experiencia en gestionar situaciones, que es Vicente el
esposo de Pilar. Con Vicente, hice un convenio verbal que cumplimos los
dos y que consistió en retirarnos a la vez. El termino un poco antes
dando paso a otro Juez de Paz, y yo puse fin a aquella historia un año
después. Fueron más de diez años de trabajar codo a codo, de
emplearnos a fondo en temas complicados, y resolver situaciones que
teníamos que ejecutar con silencio, magistral y exquisita discreción.
El hecho de andar por esa senda, en muchos momentos se hizo necesaria
la presencia de Pilar, había temas que se tenían que resolver desde
nuestras casas, la prudencia de Pilar siempre fue aleccionadora. Incluso
cuando me llamaba por teléfono para alguna emergencia sobrevenida a
deshora, o que el marido no estaba en casa. Ella siempre empleaba las
justas palabras.
Si alguna vez, había algo que no le parecía bien, pues es cosa de
humanos cometer errores, también te lo decía con la categoría que lo
hace una persona que te quiere, siempre anteponiendo que el comentario
que te iba a referir, para nada, tenía que afectar a la amistad, por
encima de todo estaba esa amistad… Pero en dos palabras te decía lo que
ella pensaba. ¡Cuantas veces recuerdo esas palabras y esos momentos!
Siento presentes momentos vividos con intensidad, una noche del
catorce de agosto del año 2003, cuando tuvieron que enfrentarse a la
dura noticia de la afección de su hija Clara… aunque hasta el último
instante supieron combatir aquel episodio que marca la historia de una
familia. Pilar y Vicente serenamente nos dieron otra lección, aquel dos
de julio del año 2012. Para Pilar la vida empezaba de nuevo, “es otra
vida”, me dijo.
En ocho años, la vida puede cambiar tanto…puede mutar hasta en un
segundo. Pero Pilar se ha ido apagando como esa vela reluciente, o como
su nombre indica, como un Pilar incandescente. Son otros derroteros que
nos marca la vida, o que nos lleva el rumbo de la historia, pero sendas
que si se afrontan con dignidad, valor, entrega y cercanía se hacen más
llevaderas. Una de las últimas conversaciones que tuve con ella, me
comentaba que el médico le había dicho que “-es usted muy buena
paciente…” seguramente lo sería, pero nunca estamos preparados para
llegar a la última meta de la enfermedad.
Conocí a una pilar joven, en el taller de las Obreras de la cruz,
bordando; una Pilar musical, que junto a sus amigas en 1965, regalaron
el Himno a Casinos; Una Pilar clavariesa de las Hijas de María, un Pilar
esposa y madre de familia; una Pilar de la Junta de las Amas de Casa de
Casinos, una Pilar clavariesa de la Virgen de los Dolores… y una Pilar
integrada en todo lo de Casinos, esposa de Presidente de la
Cooperativa, Secretario de muchas Asociaciones Locales, y en la
actualidad, Presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de
Casinos UDP, pero en una palabra, una mujer con personalidad propia,
aferrada a sus convicciones, y heredera tanto ella como su hermana de
una familia benefactora de la Parroquia Santa Bárbara de Casinos y que
en 1939, sus abuelos donaron la imagen del Santísimo Cristo de la Paz.
El año 2020 pasará a la historia, hay momentos en la vida que se
tiene que envolver con sucedáneos del acontecer diario… la vela de la
vida se apagó para Pilar, ya vendrá el momento del merecido recuerdo, ya
tendremos tiempo de manifestar el pesar por ésta perdida, hoy al
escribir estas letras, lo hago pensando la valentía de las mujeres de
Casinos, la prudencia del saber estar, la garantía de saber adaptarse a
cada momento, y por encima de todo de ser mujeres que han sabido superar
con valentía, los momentos que separan el pasado ayer con el
contemporáneo, virtual, ultra moderno hoy.
Último sábado de mayo, es mediodía, el sol abrasa… Pilar ya hizo su
camino, el recuerdo de su estela nos deja una serie de sensaciones
encontradas; no es resignado decir, ya ha descansado, es una frase
hecha; pero las ausencias de la vida, las abraza la muerte, solo cabe el
deseo de ese descansar en paz, el reencuentro en la eternidad. Un
abrazo a esa querida familia, a su esposo, hijos, hermana, sobrinos… a
todos y la gratitud a Pilar por ser como fue, y por lo que de ella
personalmente, pude aprender.
Y ahora cuando son las 22,32 y voy a enviar estas letras por e-mail,
estoy oyendo la voz de Pilar que me dice: “¡Ay qué vergüenza! ¿Por qué
has escrito esto?”, Pilar porque te lo mereces y porque somos así, tu
eres tú y yo soy yo. Hasta siempre. Os queremos.
JOSÉ SALVADOR MURGUI SORIANO. Cronista Oficial de Casinos. Académico de la R.A.C.V.