Hosteleros en una concentración./EPDA Sectores turísticos de Benidorm y otras localidades turísticas
de la Comunitat Valenciana han marchado este jueves a València desde diferentes
puntos en una manifestación reivindicativa que ha concluido ante el Palau de la
Generalitat para alertar de que no pueden resistir sin sus actividades en
funcionamiento.
La protesta ha comenzado al mediodía desde el Oceanogràfic, donde han llegado
en vehículos particulares (un centenar) y tres autobuses dispuestos por la
organización de la manifestación para comenzar la marcha a pie hasta la plaza
de Manises, sede del Palau de la Generalitat, donde han leído un manifiesto
dirigido al president, Ximo Puig.
Los participantes son miembros de la Asociación de bares, restaurantes y
cafeterías de Benidorm (ABRECA) y otras asociaciones de cámpines, apartamentos,
ocio nocturno, jóvenes empresarios y agencias de viaje de Benidorm, a los que
se han sumado entidades de otros municipios turísticos como Alicante, Dénia,
Calpe y Villajoyosa, y también de Castellón, con el apoyo de Conhostur y
Hostelería de España, han informado los convocantes.
El presidente de ABRECA, Javier del Castillo, ha asegurado que solo en Benidorm
las pérdidas del sector turístico por las restricciones de la pandemia
ascienden a 12.000 millones de euros, y ha destacado que actividades como los
apartamentos turísticos o las agencias de viaje han perdido el 95 % de sus
ingresos.
En el manifiesto que han leído, titulado "Imposible resistir", las
asociaciones ABRECA, Avibe, Ociobal, Aptur, Jovempa Marina Baixa, la Asociación
de Campings de Benidorm, Adislev, Aico, MUTE, CEVE y AGE aseguran que el tejido
empresarial que forman los autónomos y los pequeños negocios familiares está
"en la cuerda floja" o han caído "al agujero negro" al que
les han llevado las decisiones de "los grupos de expertos y políticos de
baja intensidad que nos gobiernan".
Afirman que no les quedan ahorros con los que seguir pagando "los
impuestos que no cesan, las tasas, los intereses de demora o por aplazamiento,
los ERTE y toda la burocracia de las administraciones", y señalan que la
solución no son los avales ICO "ni las limosnas de 1.500 o 2.000 euros, ni
las ayudas ridículas que se inventan", a su juicio, para intentar acallar
su protesta.
Para ellos, la solución pasa por "apoyar firmemente y sin complejos a los
autónomos y empresas" que crean empleo, generan "riqueza y bienestar
social" en sus pueblos y ciudades, y para ello piden ayudas directas que
ayuden a los negocios viables que hoy están en la ruina.
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