Unos pocos residentes noruegos en la localidad alicantina de Alfaz del Pi acuden al acto de izado de bandera celebrado en el ayuntamiento de Alfaz por el día nacional de Noruega.. EFE / Manuel Lorenzo
Unos pocos residentes noruegos en la localidad alicantina de Alfaz del Pi acuden al acto de izado de bandera celebrado en el ayuntamiento de Alfaz por el día nacional de Noruega.. EFE / Manuel Lorenzo
Unos pocos residentes noruegos en la localidad alicantina de Alfaz del Pi acuden al acto de izado de bandera celebrado en el ayuntamiento de Alfaz por el día nacional de Noruega. EFE/Manuel Lorenzo Los miles de noruegos que viven en Alfaz del Pi y otras poblaciones
cercanas de la costa de Alicante, que forman la segunda colonia en el
extranjero de súbditos de este país, celebran este domingo su día
nacional con unos actos sencillos pero más sentidos que nunca, en el
contexto de la pandemia de la covid-19.
En Alfaz del Pi hay
oficialmente censados 2.700 noruegos pero la cifra real habitual
estimada se eleva a unos 8.000, lo que convierte a esta pequeña
población de la Costa Blanca alicantina en el segundo núcleo de
conciudadanos lejos del país escandinavo del planeta, solo por detrás de
Nueva York.
Desde hace cinco décadas, cada 17 de mayo celebran
el día de Noruega con desfiles y actos vistosos pero, por primera vez,
este año los eventos quedan reducidos a un pequeño acto institucional
sin apenas presencia de miembros de esta numerosa e integrada comunidad.
De
esta manera, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha
suprimido en esta ocasión los coloridos desfiles, los trajes típicos,
las recepciones y las numerosas actividades que suelen prepararse para
conmemorar el día más grande de los noruegos.
Estos europeos del
norte ya forman parte de la vida cotidiana de Alfaz, donde cuentan con
un club con más de un millar de socios, el Club Noruego Costa Blanca,
que celebra este año su 50 aniversario.
Además, hay dos centros
educativos, uno de los cuales -Den Norske Skole- también cumple medio
siglo, así como una iglesia en El Albir, el único centro de voluntariado
-Frivilling- que el Gobierno noruego ha abierto fuera de sus fronteras y
una red de comercios y negocios muy asentada.
Son motivos más
que de sobra para que cada año suela desplazarse a Alfaz del Pi algún
destacado representante de aquel país para participar en la
conmemoración de la fiesta nacional.
En 2009 fue el entonces
primer ministro y actual secretario general de la OTAN, Jens
Stoltenberg, quien visitó el municipio acompañado por el presidente del
Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que aprovechó para una
reunión bilateral.
El valor simbólico también se ha reflejado en
que el rey Olaf V viniera en 1984 y que antes que Stoltenberg también
viajara a este rincón de la Comunitat Valenciana otro primer ministro,
Kjell Magne Bondevik, en 1999.
El virus ha reducido temporalmente
a la mitad la presencia de noruegos en Alfaz y ha modificado todas las
agendas previstas, de manera que la comunidad noruega y el ayuntamiento
han acordado un sencillo acto institucional a las 8 horas encabezado por
el alcalde, Vicente Arques, la concejala de Residentes de Otras
Nacionalidades, la belga Martine Mertens, y el presidente del Comité del
17 de mayo, Gjerulf Kristoffer Noddeland.
El alcalde ha leído un
breve discurso oficial tras izarse la bandera noruega que
posteriormente ha sido retransmitido en la programación virtual
preparada por el Comité Organizador del Día de la Constitución Noruega
para mostrar el "respeto y cariño que se profesan mutuamente ambos
pueblos".
Se ha celebrado también una misa noruega en la iglesia
que tienen en El Albir, en la costa, para la cual ha sido preciso
inscribirse previamente debido a las restricciones de aforo. Y
paralelamente los alumnos de los dos colegios noruegos realizan durante
toda la jornada actividades 'on line'.
El de hoy, han lamentado
desde el ayuntamiento alfasino, es un 17 de mayo marcado por el
coronavirus y el cumplimiento de la normativa del estado de alarma por
lo que las celebraciones se efectúan con toda "la prudencia, el sentido
común y la solidaridad hacia los más vulnerables". Por Julio Marín
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