En las circunstancias actuales que estamos padeciendo,
cuando todo el mundo sufre una pandemia global de consecuencias jamás vistas;
cuando nos enfrentamos a un reto que ni nos imaginábamos, quizás el mayor de
nuestras vidas, una situación que cambiará nuestra sociedad tal como la
entendemos, lo que deben hacer todos los responsables públicos, desde los
concejales del ayuntamiento más pequeño, hasta las grandes organizaciones supranacionales,
es trabajar desde la unidad y, principalmente, desde la lealtad institucional.
Porque estamos hablando de la vida y la salud de las personas, y aquí,
cualquier partidismo sobra.
Por eso sorprende la actitud de algunos responsables
políticos que intentan sembrar la confusión con informaciones sesgadas e
interesadas. No, señores y señoras dirigentes del Partido Popular. La
Diputación no ha dicho una cosa y ahora dice otra con respecto al cobro de las
tasas. Jamás se ha dicho se iban a suspender. Desde que se tomó el acuerdo por
el actual Equipo de Gobierno de la Diputación, se dijo de APLAZAR el pago de
algunos impuestos y tasas hasta el mes de junio. Pero como debería saber
cualquier responsable público, las tareas administrativas para poner en marcha
los padrones de determinados impuestos son laboriosas y se hacen con meses de
antelación. Por eso, cuando se decidió aplazar el cobro de esas tasas, ya
estaban en marcha los padrones y era imposible dar marcha atrás.
La solución fue muy sencilla. Pasar al cobro los recibos
domiciliados (porque el mecanismo ya estaba en marcha) y anunciar la
posibilidad de que aquellas personas que tuvieran dificultades en pagarlo en
este momento, pudieran devolver los recibos sin cargo alguno y pagarlos antes
del 20 de junio. Y aquellas personas que no los tienen domiciliados,
permitirles que puedan pagarlos hasta esa fecha, para evitar el desplazamiento
desde sus domicilios.
Tiene toda la lógica del mundo si se quieren ver las cosas
desde un principio de solidaridad. La emergencia sanitaria ha provocado
situaciones económicas muy dispares en muchas familias. Hay familias que lo
están pasando realmente mal y que necesitan toda la ayuda que se les pueda dar,
pero afortunadamente hay otras que no han visto mermados sus ingresos. Son a
estas familias a las que se apela a su solidaridad para seguir contribuyendo y
de esta manera permitir que las administraciones públicas tengan recursos que
puedan destinar a las personas que están padeciendo las consecuencias
económicas de esta pandemia. En pocas palabras, quien pueda pagar esta tasa que
la pague para que podamos seguir ayudando a quienes no pueden pagara. SE trata
de tener empatía por los demás, de mostrar solidaridad y de entender que de
esta situación debemos salir juntos y si dejar a nadie atrás, y para eso es
necesario el esfuerzo de tod@s.
Por desgracia, algunos representantes públicos han visto
en esta situación una oportunidad de sacar rédito político. Es lamentable y,
desde luego, apelamos a su conciencia. Tiempo habrá, cuando acabe todo esto, de
debatir y de analizar lo que se hizo bien o mal, en qué nos hemos equivocado y
en qué hemos acertado. Pero con la gente confinada en sus casas, con miles de
personas contagiadas y fallecidas, con muchas personas con la incertidumbre de
qué les deparará su futuro, no es momento de debates políticos. Es momento de
arrimar el hombro. Que algunos y algunas se lo hagan mirar.
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