Javier Raro. Cuando hablamos de fortalezas y oportunidades de nuestra ciudad, enseguida nos viene a la mente el patrimonio, ya sea el patrimonio cultural, que predomina en el núcleo histórico y también en el Grau Vell, o el patrimonio industrial, que como todos sabemos tenemos fantásticas muestras en Puerto Sagunto. Pese a ello, iniciaré este artículo reconociendo las enormes carencias, y también los retrasos, en los trabajos de recuperación y puesta en valor de nuestro patrimonio que acumulamos. Aunque, como iré desgranando, también hemos de destacar las bases instauradas para que en los próximos años se desarrollen un gran número de obras que permitan un enorme avance en este sentido.
Respecto a nuestro patrimonio cultural es evidente que nuestras miradas se deben fijar en las administraciones competentes en Castillo y Teatro Romano, Ministerio de Cultura y Generalitat Valenciana. No cejaremos en reivindicar las inversiones y actuaciones que estos monumentos se merecen, y muestra de ello es la reciente reunión entre nuestro alcalde y el Ministro de Cultura en Madrid. Respecto del patrimonio histórico de competencia municipal, podemos destacar que pese a lo mucho que queda por hacer, hemos tenido avances recientes y ya se trabaja para seguir con la recuperación de elementos de gran valor. A monumentos como Vía del Portic, Domus dels Peixos o Casa dels Berenguers, le han seguido trabajos en la Alqueria de l’aigua fresca o en el Grau Vell, y seguiremos con intervenciones en la civitas amabilis. Aunque el gran reto es conseguir vender como producto turístico todas las inversiones que comento.
Finalizando por el patrimonio industrial también tenemos aquí una doble dicotomía. Por una parte, no podemos dejar de solicitar inversiones a otras administraciones, como ocurre por ejemplo con la puesta en marcha de la Nave de Talleres. Pero por otra, es necesaria la aceleración de la puesta en marcha de las inversiones que son competencia municipal. En ese sentido pronto tendremos buenas noticias, las inminentes licitaciones de las obras de rehabilitación de museo industrial o casino, vendrán acompañadas de otras inversiones que mejorarán nuestro producto de patrimonio industrial. Aunque de nuevo, nos encontramos con el gran reto, darle un sentido global a nuestro patrimonio que nos permita vendernos como ciudad. Estamos en el buen camino, pero queda mucho por hacer.
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