El Partido popular de Castellón, exige una Diputación que frene el colapso sanitario

El Grupo Popular exigirá el próximo martes en la Diputación Provincial de Castellón una “institución que frene el colapso sanitario que ha provocado el PSOE con su plan de desmantelamiento de la sanidad pública de la provincia”. Lo hará presentando una iniciativa al pleno ordinario que, tal y como ha señalado la presidenta de grupo, Elena Vicente-Ruiz, “tiene por objeto blindar con recursos y plantilla a los profesionales a los que Ximo Puig ha olvidado porque solo se acuerda de su familia”.

La diputada provincial considera un “fracaso monumental” que en plena tercera ola de la pandemia, “con unos resultados que son alarmantes, el PSOE se dedique a cerrar centros de salud en lugar de a invertir recursos que refuercen tanto las necesidades materiales de los médicos como las plantillas que están ya agotadas y desbordadas por el incremento exponencial de contagios”. 

Desde el Partido Popular “hacemos  un llamamiento a la responsabilidad y el sentido común para gestionar esta pandemia con criterios sanitarios y no políticos”, porque el PSOE “ha demostrado que en los peores momentos solo hay dinero para el cártel de productoras del hermano del Molt Honorable o para vacunar a alcaldes del PSOE que dicen que sobran vacunas”. 

Es una “desvergüenza bárbara” que “quienes deberían estar apoyando a los sanitarios, que son los que cada día exponen su vida para salvar las nuestras, están más ocupados en repartir beneficios entre los suyos y garantizarle la nómina a los 330 asesores y altos cargos que tiene Ximo Puig a su cargo”. 

En este sentido, “la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Ayuntamientos de esta provincia,

debe demostrar que frente al desmantelamiento de la sanidad que el Consell ejerce sin sonrojo, esta institución sigue ejerciendo de dique de contención para proteger a la provincia y ser útil al territorio. De no hacerlo”, ha considerado la diputada provincial, “el PSOE demostrará una vez más que la Diputación se ha convertido en el cajero automático al que Ximo Puig recurre cuando se le ha agotado el saldo en el Consell”.