Hospital de Dénia | EPDAEl Departamento de Salud de Dénia ha incorporado una técnica mínimamente invasiva para el tratamiento del tromboembolismo pulmonar que reduce los riesgos asociados al tratamiento tradicional y acorta los tiempos de ingreso hospitalario. El nuevo procedimiento, que se aplica en la sala de radiología intervencionista, combina el uso de catéteres multiperforados y la energía del ultrasonido para realizar una trombólisis dirigida en pacientes con tromboembolismo pulmonar.
El tromboembolismo pulmonar es una enfermedad provocada por la presencia de trombos en las arterias pulmonares, lo que impide el intercambio gaseoso y compromete de forma inmediata la función hemodinámica del paciente. La patología tiene una elevada prevalencia entre la población mayor o con patologías asociadas como como el cáncer, la obesidad o estados prolongados de encamamiento.
La técnica sustituye a la trombólisis sistémica, que consiste en la administración de grandes dosis de fármacos por vía intravenosa y que conlleva un alto riesgo de hemorragias, especialmente cerebrales.
En el abordaje convencional del tromboembolismo pulmonar, la administración sistémica de alteplasa conlleva un riesgo elevado de hemorragia cerebral, que se ha reducido sensiblemente mediante la técnica intervencionista con ultrasonidos. Este dato ha sido clave para ampliar los criterios de inclusión al tratamiento y mejorar la seguridad de este.
Coordinación entre servicios
El equipo clínico, liderado por la radióloga intervencionista, Carolina Gutiérrez Ramírez, ha desarrollado un abordaje coordinado entre los servicios de Radiología Intervencionista, Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Medicina Interna (Unidad de Trombosis) para realizar de forma protocolizada la trombectomía guiada por ultrasonidos, lo que permite actuar en las fases iniciales del proceso y mejorar así los resultados clínicos.
Según la doctora Gutiérrez, “la coordinación con otros servicios es fundamental porque, cuando se detectan signos clínicos compatibles con tromboembolismo pulmonar en el propio hospital, se realiza una angiotomografía pulmonar. Si se confirma el diagnóstico en un paciente de alto riesgo, se le traslada a la UCI, donde comienza la intervención”.
Así, se accede a través de la vena femoral derecha atravesando las cavidades cardíacas y se posicionan los catéteres en las ramas principales de las arterias pulmonares. Estos catéteres cuentan con dos funciones: emiten energía ultrasónica que fragmenta el trombo y permiten la administración localizada de un potente fármaco fibrinolítico, la alteplasa.
Este enfoque dirigido reduce de forma significativa la dosis administrada en comparación con la trombólisis sistémica, lo que disminuye también el riesgo de efectos adversos graves como hemorragias cerebrales.
Perfil del paciente
El uso localizado del fármaco ha permitido ampliar el número de pacientes que pueden beneficiarse del tratamiento. Actualmente se puede aplicar también en situaciones de posoperatorio, en mujeres embarazadas o en personas que anteriormente estaban excluidas por su riesgo hemorrágico elevado. De hecho, en el Hospital de Dénia ya se ha aplicado en casos de trombosis venosa profunda, especialmente en pacientes jóvenes con trombosis extensas en los miembros inferiores.
En estos casos, el objetivo es evitar el síndrome posflebítico, una complicación a largo plazo que puede limitar la capacidad de caminar. Hasta el momento se han tratado cuatro casos de trombosis venosa profunda con resultados favorables, que han permitido que los pacientes recuperen la movilidad a los pocos días del procedimiento.
Además, el procedimiento es adaptable: si tras la primera fase del tratamiento queda trombo residual, se puede realizar una trombectomía mecánica mediante otro catéter que lo aspira directamente.
La incisión es mínima, de unos tres milimétros en la ingle, lo que facilita una rápida recuperación. La mayoría de los pacientes tratados han pasado de necesitar entre cinco y siete días de ingreso en UCI a pasar a planta al día siguiente.
Desde la implantación de esta técnica, el hospital ha tratado cerca de una treintena de casos. Los datos de resultados indican que el 90% de los pacientes han podido abandonar la UCI en menos de 48 horas.
Actualmente cuatro hospitales en la Comunitat Valenciana disponen de esta técnica: el Hospital General Doctor Balmis, el Hospital General de Castellón, La Fe de València y el Hospital de Dénia.
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