Vicent Mompó./EPDA
Sólo el Partido
Popular asegura el futuro de las diputaciones. Es una afirmación directa y
contundente pero es tan cierta como que el resto de los partidos políticos
valencianos no son capaces de explicitar públicamente su compromiso con unas
instituciones que se han demostrado útiles, sobre todo para los pueblos más
pequeños, que acceden a servicios que serían impensables por su capacidad
propia. Por mucho que se empeñe la izquierda, las diputaciones son entes claves
para la sociedad valenciana. Así lo percibe la población, que ve como día a día
se hacen realidad cambios en sus vidas como fruto de las gestiones de la
Diputación, de sus fondos y de sus recursos y competencias. Podemos debatir
sobre su modernización y por lo tanto sobre su implicación en la solución de
los problemas de los valencianos, pero de ahí a poner en cuestión su existencia
hay un buen trecho que no se debería recorrer por el simple hecho que suprimir
las diputaciones menoscabaría la autonomía y por lo tanto cargaría contra el
poder de los valencianos y las valencianas.
Creadas a principios del siglo diecinueve, evidentemente precisaron de
una transformación con el tiempo, tanto por las exigencias de una sociedad
cambiante como por la estructura de un Estado que se fue descentralizando y
ofreciendo mayor autonomía a las regiones. Pese a todo ello, la izquierda,
desde que llegó al gobierno, ha ido menoscabando la labor de las diputaciones,
poniendo en duda su futuro a través de la mala gestión puesta en práctica y los
mensajes contradictorios que lanzan a la ciudadanía, en los que se vende que
las diputaciones son prescindibles. "Mientras unos y otros hablan de si sí
o si no, lo que hay que hacer, mientras exista, es hacerla mejor", dijo el
actual presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar. Pero no lo han
hecho. Han involucrado a la Diputación en un embrollo insoportable,
desacreditando, desde la política, la institución. Una institución que, sin
embargo, está por encima de ellos y de sus disparates en la gestión. Los que la
dinamitan, abogan por su desaparición. Pero no, no cuela.
La Diputación realiza un trabajo
esencial en todas esas localidades de 100, 400 o 2.000 habitantes. Quienes
están (estamos) a pie de campo bien lo sabemos. La Diputación de Valencia es
esencial para entender hoy nuestra Comunitat y el funcionamiento diario de las
instituciones. Estamos hartos de los ataques velados y de la falta de
compromiso de gente que está a sueldo y que no trabaja todo lo que debería para
seguir engrandeciendo una institución con una Historia que merece respeto. El
Partido Popular va a seguir luchando por su continuidad y denunciando aquellos
partidos que buscan decapitar un ente que nos define como pueblo.
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