Vivienda de Jorge Ignacio P.. EFE/Kai Försterling Marta Calvo despareció hace hoy dos meses, el pasado siete de noviembre,
en el pueblo de Manuel (Valencia), y desde entonces los investigadores
no han conseguido despejar las dudas existentes sobre sus últimas horas,
a las cuales se han sumado nuevos interrogantes, como por ejemplo si el
principal sospechoso puede ser un asesino en serie o si faltó
diligencia en la investigación de la denuncia en las primeras horas.
Entre
tanto, hoy se mantiene la búsqueda de sus restos, que no han podido ser
hallados, mientras sigue en prisión preventiva Jorge Ignacio P.J., de
38 años, el sospechoso de haberla matado.
Lo último que sus
familiares supieron de Marta Calvo, natural de Estivella (Valencia), fue
que hace hoy dos meses acudió a Manuel, una pequeña población del
interior de esta provincia, para una cita con un hombre. Dos días más
tarde, su madre se personó en la vivienda del acusado, adonde la condujo
la última comunicación que tuvo con su hija, un mensaje de WhatsApp con
esa localización. El supuesto autor del crimen le dijo que no la
conocía.
La denuncia se produjo el día 9, pero según la propia
Guardia Civil, hasta varios días más tarde no se inició la busca de los
restos, un posible retraso en las actuaciones que podría obedecer a una
mala coordinación entre los cuerpos de seguridad, aunque este extremo no
ha sido confirmado por la fuentes de la Delegación del Gobierno en la
Comunitat Valenciana consultadas.
Las citadas fuentes se han
limitado a explicar a EFE que el delegado del Gobierno en la Comunitat
Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, ha convocado desde el momento en que
comenzó la investigación tres reuniones con mandos de Policía y Guardia
Civil "para mejorar la coordinación, aunque no ha abierto ningún
expediente disciplinario".
El sospechoso, que se entregó el 4 de
diciembre, declaró que la muerte de Marta se debió a un accidente
provocado por un consumo excesivo de cocaína. A ello se suma la
aparición de nuevos casos de introducción de esta droga en los genitales
de prostitutas (lo que se conoce como "fiesta blanca" en ese entorno).
Ello ha llevado a Policía y Guardia Civil a investigar otros hechos
similares, que podrían sumar un total de seis, por ahora.
En
cualquier caso, de momento el subdelegado del Gobierno, José Roberto
González Cachorro, ha descartado que pueda hablarse de un asesino en
serie.
Pero tres mujeres han denunciado ante las fuerzas de
seguridad que sufrieron una situación parecida a la que pudo padecer
Marta Calvo. Y a ellas se suma el caso de una prostituta de origen
brasileño muerta el pasado mes de abril en el barrio valenciano de
Russafa, por la que ya fue detenido el sospechoso de la muerte de Marta.
El juez del caso ha decidido reabrirlo.
Jorge Ignacio P. fue
detenido e investigado por la Policía Nacional en relación con esta
muerte. Varias cámaras de seguridad registraron la imagen de este
colombiano de 38 años accediendo y saliendo del domicilio donde se citó
con la fallecida.
La Policía Nacional investiga también la muerte
de una sexta mujer, otra prostituta, que falleció en junio también en
el barrio de Russafa, aparentemente por sobredosis de cocaína tras haber
mantenido relaciones con un cliente, aunque en este caso no hay
seguridad hasta el momento de que ese cliente fuera Jorge Ignacio P.
A
esta lista se suman nuevas sospechas que van más allá de la Comunitat
Valenciana, a otras ubicaciones de Cataluña, Madrid e Italia a las que
viajó el acusado, según la Delegación del Gobierno.
Francisco Tomás
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