La cruz a los caídos en la Iglesia de Náquera. //EPDA El Pleno del Ayuntamiento
de Nàquera aprobó ayer la retirada del mayor vestigio de la Dictadura
franquista de la localidad, la Cruz de los Caídos, de la fachada de la Iglesia
a propuesta del PSPV-PSOE, que contó con los votos a favor de su socio de
gobierno, UPdN, además de los de IVIN-Compromís y C’s. Mientras, el PP de
Nàquera fue el único grupo municipal que se mostró en contra de la propuesta.
Para el Primer Teniente de Alcalde y líder de los socialistas naqueranos,
Víctor Navarro, “ésta es una muestra del poco talante democrático de los
populares, que se niegan a hacer justicia a los represaliados en los años más
oscuros de la historia de España, manteniendo los símbolos que ensalzan
solamente a uno de los bandos después de 40 años”.
Así, el Ayuntamiento ha
aprobado proceder en el plazo de quince días, a la retirada de las placas
conmemorativas, restituyendo de la fachada a su estado original y dando así
efectivo cumplimiento a la ley de Memoria Histórica. Según ha explicado
Navarro, “hemos realizado los trámites en colaboración con el Arzobispado, que
en su informe concluye que “teniendo en cuenta que el Arzobispado no las
instaló, no hay óbice alguno por su parte para proceder a su retirada, dejando
la fachada en su estado original, y debiendo asumir la corporación la ejecución
y coste de la obra". En este sentido el edil socialista ha destacado que
las obras se realizarán “con las debidas garantías”, y que además, los paneles
cerámicos retirados se conservarán por el Ayuntamiento para incorporarlos en un
futuro museo de historia local.
Mientras que el PP
justifica su voto en contra en que es mejor no retirar la cerámica, y propone
cubrirla, el Ayuntamiento cuenta con un Informe Técnico del arquitecto que concluye
afirmando que: “no existe motivo
técnico con fundamento normativo que impida la eliminación de los paneles
cerámicos posteriores a 1940”, por lo que los socialistas naqueranos consideran
“desafortunada” la argumentación de los populares.
Víctor Navarro ha
asegurado que “no nos mueve ningún pretendido afán de polemizar en torno de lo que fue
el capítulo más terrible de nuestra reciente historia, pero sí el afán de
corregir la injusticia histórica, la desigualdad social y la anomalía
democrática que supone la existencia de símbolos de la dictadura, al tiempo que
hacer cumplir la Ley”.
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