Imagen de archivo del Consorcio de Bomberos de Alicante.
La chispa de una radial en unos trabajos en la depuradora de la localidad de Benasau, en el interior de Alicante, ha podido ser el origen del "terrible" incendio forestal declarado a media tarde de este martes y que ha obligado al desalojo de los 800 vecinos de la vecina población de Penáguila.
En declaraciones a EFE, el alcalde de Penáguila, Salvador Catalá, ha explicado que todo apunta a que ese es el origen del fuego que ha obligado al desalojo de todos los vecinos de su pueblo y que, aunque evoluciona favorablemente, aún no ha podido ser dado por estabilizado.
Catalá ha explicado que Penáguila tiene unos 350 habitantes censados pero que en verano la población se multiplica por tres y hasta por cuatro, según fechas. Ayer, al ser entre semana, había unas 800 personas en la localidad cuando la Guardia Civil ordenó el desalojo del casco urbano por precaución ante la cercanía de las llamas.
La mayor parte han vuelto a sus localidades habituales, como las ciudades de Alcoy y Alicante, y los que no tienen otra casa más que la de Penáguila han pasado la noche en un albergue habilitado, con la ayuda de la Cruz Roja, en la vecina y próxima localidad de Benifallim.
A estas horas del miércoles, los vecinos de Penáguila aún no pueden regresar a su casas, aunque esperan poder hacerlo en las próximas horas, toda vez que la evolución del incendio forestal es positiva y que las llamas no han alcanzado el pueblo -"faltó poco", según el alcalde-.
"Hemos pasado toda la noche sin dormir", ha relatado a EFE el alcalde desde el Puesto de Mando Avanzado (PMA) habilitado por la Generalitat, desde donde ha sido informado de que el fuego "ha ido a menos" durante las últimas horas.
"Estaban trabajando en unas obras en la depuradora y se cree que saltó la chispa de una radial. Como está todo tan seco y parece que había cerca broza, ya no pudieron apagarlo", ha relatado el alcalde.
Las llamas han afectado a zona de pino y varios cultivos de oliva y almendro, fundamentalmente, aunque la mayor parte ha calcinado a una orografía de barranco a la altura del río Penáguila en su confluencia con el Serpis en su camino hacia el pantano de Beniarrés.
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