Con el paso del
tiempo y la evolución de la dinámica social, la movilidad y los
medios de transporte en las ciudades han experimentado grandes
cambios. Un ejemplo de ello es el carsharing, que se ha ido
posicionando como una alternativa novedosa al uso habitual de un
coche en propiedad. Pero, aunque la acogida ha sido positiva, todavía
existen algunas dudas sobre qué es y cómo funciona esta modalidad
de transporte compartido.
¿En qué consiste el carsharing?
El carsharing es un
servicio de alquiler de coches, en su mayoría eléctricos o
híbridos, que se realiza de forma digital. Se diferencia del
alquiler tradicional porque la duración es más breve, con
periodos que suelen ser de unas pocas horas o incluso minutos. De
esta forma, los usuarios solo pagan por el tiempo de uso o por el
kilometraje, según las condiciones de cada empresa.
Hay dos modalidades
de carsharing. En la primera de ellas la compañía tiene una sede o
base en la que las personas que alquilan el coche deben buscarlo y
dejarlo. En la segunda, conocida como free-floating, los coches están
distribuidos por toda la ciudad y se pueden retirar y dejar en
cualquier aparcamiento, o en puntos dispuestos de forma específica.
Para alquilar un
vehículo mediante carsharing basta con registrarse en la app o web
de la empresa elegida, y proporcionar algunos datos, además del
carnet de conducir. Luego se hace una reserva y se busca el coche en
el sitio indicado, donde se podrá abrir con un código que
proporciona la aplicación.
3 puntos clave del carsharing
Al tratarse de una
propuesta novedosa, no todo el mundo está familiarizado con ciertas
características del servicio de carsharing. Te comentamos algunas de
las más destacadas.
Sin problemas de aparcamiento
Por ser vehículos
cero emisiones podrás usar de manera gratuita el aparcamiento de
zona regulada. Eso sí, debes asegurarte de aparcar bien y dejar el
coche en los lugares indicados por la compañía, o podrían
multarte, lo que genera cargos adicionales en la facturación. De
cualquier forma, si recibes una multa injustificada puedes consultar
cómo recurrirla aquí, para no tener que hacer frente
a pagos improcedentes.
Desplazamiento y disponibilidad limitados
La movilidad suele
estar reducida a áreas urbanas específicas, ya que se necesita
cierta densidad de usuarios para que el servicio funcione. Además,
por ser un servicio que empieza a coger fuerza, solo está
disponible en algunas ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia.
Sin impuestos ni gastos asociados
La gran ventaja de
este servicio es que te olvidas de los desembolsos fijos que
implica tener un coche, como seguro, mantenimiento o combustible.
El pago es por uso y ahí van incluidos estos costes. Ahora bien, en
caso de ensuciarlo, agotar la batería por debajo del mínimo
acordado u ocasionar algún desperfecto, tendrás que afrontar los
gastos correspondientes para dejarlo tal y como lo has recibido.
Consejos al usar carsharing
Planifica
tus horarios. Por ser un servicio compartido, tendrás cierto
límite de tiempo desde tu reserva hasta que cojas el automóvil. De
igual forma, cuando lo dejes, otra persona estará esperando, así
que debes ser puntual y organizarte.
Revisa las
condiciones del contrato. Cada empresa de carsharing tiene sus
propias reglas, y suele haber limitaciones como no poder transportar
animales o fumar dentro del habitáculo. Es aconsejable que te
informes bien para evitar sorpresas y disgustos.
Asegúrate
de que el coche esté en buen estado al recibirlo. Si hubiese
una avería o desperfecto debes notificarlo de inmediato, pues de no
hacerlo, la responsabilidad caería sobre ti por ser el último
usuario.
Nunca
permitas que otro conduzca. El contrato está a tu nombre; por
lo tanto, solo tú puedes conducir. Si por alguna razón dejas esta
tarea en manos de otra persona, te enfrentas a sanciones de tres a
cuatro cifras por parte de la empresa que presta el servicio.
El carsharing es,
sin duda, una alternativa disruptiva que busca fomentar una movilidad
más eficiente y sostenible. Por esta razón, hay cada vez más
personas que lo ven como una buena opción para desplazarse de forma
autónoma, pero sin los compromisos inherentes de tener un coche
propio.
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