Coro de la iglesia desde donde se retransmitían las misas.
Las misas se han retomado con las medidas de seguridad.
Vista General del Monasterio. Emociona atravesar los muros del convento de Santo Espíritu por primera vez. El entorno natural privilegiado se vuelve más impresionante al acceder al interior y ser consciente de los siglos de silencio y recogimiento que acogen las paredes de un convento que en la actualidad cuenta cinco frailes y tres personas acogidas.
La charla con Fernando Hueso, Guardían de la Orden en Santo Espíritu, se desarrolla en uno de los patios del convento acompañada únicamente del sonido de los pájaros y de un cielo soleado que parece más despejado que nunca.
La crisis del coronavirus ha afectado directamente a la vida del convento, a uno de los principales pilares de sustento como es la hospedería. “Tuvimos que cerrar, lógicamente, en un momento en que teníamos a más de 40 personas en la hospedería y justo cuando iba a empezar le mejor temporada para nosotros”, apunta. La situación motivó que tuvieran que aplicar un ERTE para los trabajadores “que más que trabajadores somos como una familia” y cancelar todos los compromisos que tenían cerrados.
Contacto virtual
A pesar del “parón en seco” que supuso la crisis sanitaria, los frailes de Santo Espíritu encontraron una fórmula para seguir en contacto, aunque fuera de manera virtual, con las personas que suelen acudir allí: la retransmisión de las misas a través de su canal de Facebook.
Las primeras misas se transmitieron como una liturgia “normal” pero la sensación era “demasiado fría” al ser un espacio tan grande y sin personas. Tras varias consultas, decidieron cablear la iglesia hasta la zona del coro para poder tener wifi allí y subir una mesa donde se realizaría la misa. El cambio tuvo una gran aceptación y fue ganando adeptos.
“Ha sido una experiencia muy bonita. Hemos llegado a mucha gente y algunas personas nos han llamado y han compartido con nosotros momentos muy duros. Han sido momentos muy difíciles pero gracias a Dios hemos podido ofrecer este servicio y creo que la gente lo ha agradecido”, reconoce el Guardián. El cambio al coro permitió que la gente se sintiera “más cercana. Nos decían que se sentían a nuestro lado”. Una sensación en la que seguro ha influido también toda la dedición que ponen a “cuidar la liturgia”, como la elección de la música, entre otros detalles.
Gran aceptación
Fernando se muestra incluso sorprendido de la aceptación que ha tenido esta iniciativa, que ha traspasado fronteras. “Antes teníamos el Facebook de la hospedería pero el uso como un canal para estar en contacto con las personas ha sido a raíz de la pandemia, aunque no pensábamos que pudiera tener tanta aceptación”, explica Fernando.
De hecho, entre las personas que han disfrutado de las misas a través de Facebook hay muchos habituales en Santo Espíritu “pero también mucha gente de la zona que no suele venir y esto le ha servido para conocernos un poco más y conectarse”. Mención aparte merecen las respuestas que han recibido desde América de personas que han disfrutado de sus misas.
Además de las misas, el convento ha experimentado notoriedad en las redes sociales gracias al canal de Youtube de cocina tradicional del que hablamos en la página siguiente: “Es otra manera de abrirse a la gente y que nos conozcan. Sobre todo que vean que la vida de un convento es bastante normal, a pesar de ser peculiar”, matiza Hueso.
Hueso recuerda que la orden franciscana es muy variada. “No se organiza una obra sino un estilo de vida, marcado por la sencillez y la austeridad”. El Evangelio, la oración y la vida espiritual marcan el día a día de los frailes de Santo Espíritu: ”Lo de la vida espiritual es complicado de entender, porque para el resto de la gente pueden ser rezos o sacrificios, pero para nosotros es disfrutar de Dios, acercarse a Él en una relación íntima y profunda, que no se hace de una manera mecánica”, explica.
El Guardián de Santo Espíritu hace un repaso a la historia del convento de Santo Espíritu desde su fundación a principios del siglo XV y que llegó tras la reforma dentro de la orden que impulsaba una mayor vida espiritual y una mayor austeridad. “La reina Dona María de Luna, mujer de Martín el Humano, tenía como consejero a Francesc de Eiximenis y él es quien influyó en la reina para que fundara aquí un convento que cumpliera con el nuevo impulso que se quería dar desde la orden”, relata. Reconoce también que el estilo de vida que se implantó tras la fundación del convento “se ha mantenido a lo largo de los siglos. “Una vida de silencio y de retiro pero sin excluir la predicación, una vida muy íntima”, explica.
El repaso a la historia lleva a Hueso a detenerse en el siglo XVI cuando se crean los colegios de misioneros. “El elegido de toda la zona de València fue este convento, y en esa época se crearon todos los edificios que se ven actualmente”. Los frailes que acudían a Santo Espíritu salían a “hacer prácticas” por los municipios cercanos al convento y de ahí viene la influencia en toda la comarca e incluso en municipios cercanos como La Vall d’Uixó o Náquera, entre otros”.
Esta vinculación, no sólo con Gilet, municipio donde se encuentra, sino con toda la comarca no es habitual en otros conventos, tal y como apunta Hueso. “Ha habido una relación muy fuerte a lo largo de estos siglos entre Santo Espíritu y la comarca. De hecho, no conozco por toda la zona de València otro convento que tenga esa relación de influencia tan grande con toda la comarca”.
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