Congreso/EPDA El III Congreso Nacional del Agua celebrado en Orihuela ha finalizado
este viernes tras haber conocido las 37 ponencias y 45 comunicaciones de
expertos en los fenómenos extremos inundaciones y sequías.
El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, clausuraba estas dos jornadas
invitando a celebrar el IV congreso también en la ciudad. “Con este congreso
vamos a poder crecer y mejorar. Con estas aportaciones habrá cosas con las que
estemos más de acuerdo que con otras, pero todas nos van a hacer reflexionar.
Creo que estos son los espacios que permiten precisamente poner en valor la
objetividad, las conclusiones realmente contrastadas. Espero que el próximo año
podamos tener esa cuarta edición y que todas estas conclusiones nos sirvan para
llevar a la práctica las obras que tanto necesitamos”, ha resaltado
Bascuñana.
Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Alicante, Carlos
Mazón, se dirigía a los asistentes resaltando que estamos en un momento donde es
más importante que nunca “el rigor, los buenos argumentos, la sensatez, pero
también la reivindicación desde el punto de vista científico. Este Congreso es
digno de elogio porque nos llena a todos desde la satisfacción que da el rigor
y el hacer bien las cosas. Sabéis que el agua es muy importante para nosotros por
lo que todos estamos obligados a poner lo mejor de cada uno para que esa agua,
no solamente que nos merecemos, sino que nos da la vida, esté cada día
más aprovechada y sea más y mejor reivindicada en nuestra tierra. Desde la
Diputación hemos apoyado este congreso y lo vamos a seguir apoyando. Quiero
felicitar al Ayuntamiento de Orihuela y dar la enhorabuena por seguir
manteniendo viva esa llama del agua que tanto necesitamos y que sin ninguna
duda supone otro elemento de unión imprescindible en la provincia de Alicante,
en la Vega baja y, especialmente, en Orihuela”.
Finalmente, Joaquín Melgarejo, director del Instituto del Agua y de las Ciencias
Ambientales de la Universidad de Alicante, ha dado a conocer unas conclusiones,
a modo de pinceladas, de este III Congreso:
-Primera: El
cambio climático incrementa las posibilidades de que la Vega Baja entre en el
futuro de fenómenos extremos como inundaciones y sequías. Todas las previsiones
apuntan a que el cambio climático provocará la reducción de aportes hídricos de
entre 10 y el 50% en el global de las cuencas hidrográficas españolas.
-Segundo: Los
planes de gestión del riesgo de inundación deben contemplar la gestión del
riesgo y requiere una acción coordinada de todas las administraciones y el
compromiso de la sociedad.
-Tercero: Superar
este escenario de riesgo supone avanzar más allá de las obras estructurales en
los cauces fluviales. Necesita acciones con visión integral para potenciar la resistencia
y la resiliencia del territorio a partir de una planificación sostenible
aplicando infraestructuras verdes, la mejora de los protocolos de gestión de
las emergencias, reforzando la educación y los sistemas de comunicación.
-Cuarto: La
gestión de la sequía debe hacerse de forma preventiva desde el enfoque de los
riesgos y no centrarse en los momentos de crisis.
-Quinto: En
España la distribución de competencias y la ausencia de una ley estatal sobre
riesgo provoca que su gestión se aborde desde diferentes administraciones
territoriales y sectoriales que trabajan a diferentes escalas y con diferentes
objetivos. Este escenario genera dificultades para una actuación común para la
caracterización y tratamiento de los riesgos de inundación.
-Sexto: Para
minimizar el riesgo de sequía es necesario avanzar en medidas de gestión de la
demanda en el marco de la gobernanza del agua generando acuerdos entre los
usuarios urbanos, industriales y agrícolas.
-Séptimo: El
plan de regeneración de la Vega Baja ‘Vega Baja Renhace’ debe contar con las
dotaciones presupuestarias necesarias para acometer la reparación de los daños
que ocasionó la inundación de 2019 y la preparación del territorio para
disminuir los riesgos de fenómenos extremos futuros.
-Octavo: Otras
herramientas como los mercados del agua no han tenido un desarrollo suficiente
puesto que solo se han utilizado en periodos de gran escasez. Tiene gran
potencial debido a sus ventajas y escaso desarrollo.
-Noveno: La
última herramienta ante las catástrofes son los seguros agrarios que no cubren
el fallido de suministro se debería estudiar un modelo que proporcione más
cobertura para los agricultores por su vulnerabilidad a las condiciones
climáticas.
-Décimo: La
sequía es un fenómeno temporal que no debe ser abordado de forma coyuntural. Las
regiones con menor déficit son más resistentes a la sequía por lo que las
medidas de la planificación hidrológica dirigidas atender el déficit inciden en
el abordaje de la sequía ya que reducen su frecuencia y, sobre todo, su impacto
en los usos y demandas.
Como conclusiones específicas Melgarejo se ha referido al Trasvase Tajo Segura.
La mayor parte del territorio nacional sufre cierto grado de estrés hídrico que
en el bajo Segura alcanza el grado de sobreexplotación a pesar de los aportes
externos y de uso de recursos no convencionales. Los trasvases son pieza clave e
insustituibles en la distribución de recursos en España por motivos económicos,
sociales y ambientales. Su buen funcionamiento tropieza con problemas de tipo
institucional y, fundamentalmente, de tipo político. En España tenemos en
funcionamiento más de 15 trasvases y solo se pone en cuestión el Trasvase Tajo-Segura
y también el Júcar-Vinalopó.
El
Trasvase Tajo-Segura es una infraestructura estratégica de extraordinaria
importancia fruto de una política de ordenación del territorio impulsada por el
Estado que ha permitido el desarrollo de los territorios que abastece y un crecimiento
notable del sector agrícola. En las tres provincias que cubren el Trasvase Tajo-Segura:
Almería, Murcia y Alicante, riega 87.000 hectáreas, aporta al PIB más de 3.000
millones de euros, impacto directo e indirecto e inducido, de los que más de la
mitad proviene de la agricultura y genera más de 105.000 empleos. Además, los
territorios del Trasvase Tajo-Segura concentran más de la mitad de las exportaciones
nacionales de productos hortofrutícolas.
Otra conclusión extraordinariamente importante es que en el Río Segura no
se revertirá su sobreexplotación ni sumando recursos no convencionales a su
capacidad actual incluyendo la gestión de la demanda, es decir, el Trasvase
Tajo-Segura es insustituible, es imprescindible, es necesario; el trasvase es
vital para cubrir las necesidades hídricas del sureste español, pero no ha sido
suficiente para acabar con el déficit la demanda de recursos hídricos va por delante
de la oferta disponible. Las aportaciones de la desalinización previstas para
2027 es de 404 hectómetros cúbicos cifra que difícilmente se alcanzará por los
elevados costes de estos recursos para los usos agrarios. Con estas
aportaciones no se podrían cubrir los caudales que llegan del trasvase Tajo Segura
y habría que pensar en una ampliación de las desalinizadoras. Las aguas del Trasvase
Tajo-Segura también contribuyen a mantener los niveles de boro equilibrados,
como sabemos que es un problema con respecto a la calidad de la producción
agraria. La inseguridad sobre suministro de recursos hídricos obstaculiza el
crecimiento económico de la Cuenca del Segura, además el desfase entre oferta y
demanda de agua vulnera la sostenibilidad del regadío generando impacto económico,
medioambiental, social e institucional.
Por último, la planificación y gestión de las
situaciones de escasez de agua y sequía, la reducción del consumo de agua, las
limitaciones que pueden imponerse en relación con su uso y los trasvases de
agua que se pueden imponer o eliminar tienen una grave incidencia en el
desarrollo económico, social y urbanístico de un territorio, en especial, de la
provincia de Alicante.
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