Airnatech ha destacado que tiene como objetivo diferenciarse en el mercado, ganarse la confianza de los consumidores y demostrar que cuentan con un producto efectivo en plena crisis sanitaria.
Airnatech
Antiviral, compañía fabricante de mascarillas, creada por Patrick y
Adrian Nagel, Andrés García, Luis Ponce, Javier Llorens y José
Luis Fernández, es actualmente un caso de éxito empresarial, debido
a que se ha convertido en un referente mundial respecto a la
producción de cubrebocas más seguras en el mercado, según la
Asociación de Investigación de la Industria Textil.
En
plena crisis sanitaria, cuando nadie creías que las mascarillas se
convertirían en parte de nuestras actividades diarias, estos
visionarios decidieron fabricar máscaras diferentes a las de la
industria, y en tan solo unos meses construyeron almacenes en
Castellón de la Planta, desde las que elaboran cada día 12.000
cubrebocas de FFP2 de diferentes tipos.
Airnatech
Antiviral, una historia de éxito
Los
cubrebocas FFP2 son unos de los modelos de máscaras protectoras
autofiltrantes desechables. De acuerdo con las normas europeas EN 143
y EN 149.1 pueden filtrar el 94 % de las partículas en el aire.
Fernando
Castillo de STYLESPRING
menciona que las empresas fabricantes utilizan materiales como
Meltblown y Spunbond en la producción de mascarillas FFP. ‘’El
Meltblown es un polipropileno no tejido, utilizado como filtro
intermedio de partículas (PFE), mientras que el Spunbob (otro
no-tejido de polipropileno), es empleado para las capas exteriores e
interiores de los cubrebocas desechables’’, explica.
En
este caso, el Antiviral Plus conocido como producto estrella de la
compañía, tiene tres capas de 60 gramos y 23 gramos de capa externa
Spunbond y 25 gramos de Meltblown en la capa interna. Además, tiene
99 % de filtración bacteriana, mejor transpirabilidad y puede
soportar hasta 20 lavados. Andrés García también mencionó que es
higiénica, tiene formato de bozal y tiene muchos colores.
Por
su parte, la Airnatech Antiviral FF2 también tiene gran éxito, ya
que se trata de “una mascarilla en bozal con cinco capas, dos
exteriores de Spunbond 40 y 25 gramos respectivamente, dos interiores
de Meltblown de 25 gramos con una filtración bacteriana del 95 % y
otras de High Fever Cotton que garantiza la no permeabilidad de los
aerosoles y fluidos”, sostiene García.
El
creador también aseguró que actualmente están desarrollando el
modelo FFP3, que apuntará a la importantísima industria
cerámica de la región
y permitirá trabajar de formas más segura antes la exposición de
aerosoles. Además, están trabajando en un modelo que destruye el
coronavirus cuando se expone a nanopartículas.
Una
mascarilla con última tecnología
Los
seis socios, más Andrea Abad, quien también se ha incorporado como
minoritaria, han confirmado que sus almacenes “cuentan con los
últimos sistemas de seguridad e higiene y emplean tecnología de
punta que viene de Alemania y Japón y novedosos sistemas de realidad
aumentada para llevar a cabo un control de calidad perfecta con la
mayor eficiencia”, indica García.