Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
con experiencia en el desarrollo de vacunas frente al VIH, el ébola, el zika o echikungunya centra sus esfuerzos en una vacuna para el nuevo coronavirus SARS-CoV2, responsable de la pandemia de la COVID-19.
La estrategia del equipo del Centro
Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) que lidera el científico Mariano Esteban consiste
en generar vectores virales basados en una modificación del virus Vaccinia o virus
vacuna, usado en la erradicación de la viruela.
El equipo de científicos trabaja en crear vectores virales modificados de Vaccinia que
contengan una proteína de la superficie del SARS-CoV-2 y que sean capaces de generar
una respuesta inmune con capacidad para proteger el organismo ante la exposición al
coronavirus. Basándose en la publicación de las primeras secuenciaciones del genoma
del virus, a principios de enero de este año, los investigadores han optado por emplear
la proteína S (spike), que está en la superficie del virus y le sirve para unirse a la célula
del hospedador, además de ser el mayor inductor de anticuerpos protectores.
“Se han aislado múltiples placas de virus hasta conseguir las que contienen el gen de la
proteína S.
Queda ahora demostrar que esta proteína es estable y que tiene capacidad
para inducir la respuesta inmune específica en un modelo animal, incluida la
producción de anticuerpos que neutralicen al virus”, explica Esteban.
Al no emplear el virus SARS-CoV-2 completo, los investigadores pueden trabajar en
condiciones de menor nivel de seguridad biológica y, por tanto, se requiere menos
complejidad experimental a la hora de desarrollar la vacuna.
Como señala el
investigador, “nuestra aproximación es diferente a la del grupo de Luis Enjuanes
(también del Centro Nacional de Biotecnología), ya que usa solo un componente viral y
no el virus completo, pero es el componente más importante desde el punto de vista
inmune y de protección”.
La aproximación a partir del virus Vaccinia ha conseguido inducir una alta protección
con una sola dosis en vacunas desarrolladas por este grupo contra el ébola, el zika y el
chikungunya.
ÇY cabe destacar que el vector del virus, que se ha empleado en
numerosos ensayos clínicos, ya cuenta con la autorización como vacuna frente a la
viruela de las agencias reguladoras U.S. Food and Drug Administration (FDA), de
Estados Unidos, y la europea European Medicines Agency (EMA). “Por eso creemos
que la vacuna MVA-COVID-19 sería segura y se podría administrar a todo tipo de
población en todas las franjas de edad, incluyendo personas con inmunodeficiencias”,
concluye el científico.
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