Vicente Herrero. EPDA Un amor a primera vista. Incluso cuando aún se está gestando se empiezan a tener sentimientos tan increíbles, que no existe forma de explicarlo.
Es increíble cuando lo ves por primera vez, lo rodeas entre tus brazos y lo miras fijamente. Es ahí donde te das cuenta de que es un amor diferente a todos los demás.
Es el único amor incondicional que existe. Es inigualable. Sientes la necesidad incesante de protegerlo día tras día.
Lo ves crecer y aprender al mismo tiempo que te va enseñando.
Te desespera, te hace enfadar, sufres, es agotador. Pero ahí estás siempre por y para él sin esperar nada a cambio. Lo único que necesitas es verlo bien.
Darías tu propia vida por él.
“Hijo, gracias. Gracias por aparecer en mi vida. Gracias por enseñarme a amar sin condición. Gracias por dejarme aprender de ti. Gracias por todos los momentos que me regalas. Gracias por tus lágrimas y sonrisas. Gracias por tus berrinches y por esas noches interminables sin dormir”.
“GRACIAS POR SER MI HIJO Y DARME LA OPORTUNIDAD DE SER TU PADRE” TE AMO PARA SIEMPRE.
TU PADRE.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia