Carlos Sobera (i) junto con la actriz Neus Asensi (d) en el ensayo general de la obra ""Asesinos todos"". EFE En
un fin de semana de gira teatral en Alicante con "Asesinos todos", Sobera
explica a EFE el "sacrificio" del tiempo perdido con la familia y
amigos que implica trabajar lunes y viernes en la tele, y sábado y domingo en
el teatro, aunque al mismo tiempo confiesa que es "un disfrutón" y
que esta es la época de su vida en la que "más feliz" está, porque
tiene gran variedad de formatos, "todos buenos", asegura.
El
actor destaca que su objetivo para realizar un programa o una actuación es
"estar a gusto", aunque cuando hace durante mucho tiempo un mismo
formato tiende a "perder interés" y a aburrirse: "Pero en
Mediaset tengo la oportunidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, con lo que
mentalmente estoy siempre fresco".
"Llevo
casi seis años haciendo a diario First Dates, pero luego llega La Caja de Los
Secretos o Supervivientes y eso me alimenta profesionalmente, me entretiene y
me permite crecer", asegura Sobera, quien sostiene: "No he llegado a
ese punto de decir 'buf', llevo toda la vida haciendo lo mismo y no puedo
más". Así, resalta que el objetivo "no es permanecer mucho tiempo,
pero sí dejar buen recuerdo y disfrutar", porque se considera un
"culo inquieto".
CAMPANADAS
2022, UN RETO MÁS
Sobera,
que relata durante toda la entrevista el momento de felicidad por el que pasa y
los retos profesionales ante los que se enfrenta para "salir de la zona de
confort y mantenerse ocupado", expone que "innovar en algo como las
Campanadas es muy difícil".
"Si
te das cuenta, ninguna cadena innova, pero ni aquí ni en Sebastopol",
asegura Sobera, quien indica que "siempre se puede salir colgado de un
árbol o montarse en un globo aerostático para darlas", pero que "lo
que quiere la gente es escuchar bien las doce campanadas para no atragantarse
con las doce uvas".
"El
resto de cosas que pasan alrededor interesan menos y a veces nos empeñamos en
llamar la atención de cualquier manera y a cualquier precio, y es mucho más
sencillo", señala el presentador de programas como First Dates,
Supervivientes o Quién quiere ser millonario.
Sostiene
que en su familia o él mismo cuando no las ha dado, no presta atención
"prácticamente a nada" porque es un día en el que la tele
"funciona como si fuera realmente una radio que te acompaña y se convierte
en la banda sonora de tu vida", a la par que expone que "solo prestas
atención cuando empiezan a bajar los cuartos", momento en el que
"haces un acto de fe en el año nuevo".
TEATRO
COMO MOMENTO DE DISUASIÓN
Preguntado
por si la gente le cree como actor, después de más de veinte años compaginando
esta faceta con la de presentador de televisión, afirma que el público es
"tremendamente generoso", un hecho que contrarresta con los
profesionales y compañeros, "que lo somos muy poco, porque tendemos a
crear etiquetas que luego nos cuesta mucho remover".
"Si
te conocen como actor, ya no te ven como presentador, pero el público es súper
generoso de primeras, y luego por supuesto ya reaccionan en función de cómo
trabajas, pero no tienen ningún tipo de prejuicio", concluye.
Sobera,
Pepe en la obra que estrena en Alicante, indica que su personaje, que lleva
trabajando 25 años en la Agencia Tributaria, es un tipo "bastante anodino,
legalista y muy establecido", en una comedia en la que comparte escenario
con Neus Asensi, Ángel Pardo y Elisa Matilla bajo la dirección de Jordi
Sánchez. Elogia el ambiente de los teatros, un sitio donde pretende
"recuperar un poco de alegría y libertad" tras la pandemia:
"Notamos mucho las ganas de la gente según entra al teatro; están
predispuestas a recibirlo todo con los brazos abiertos, a pasarlo bien, a
divertirse y de olvidarse de los últimos casi dos años".
Explica
que la comedia es "un vehículo para liberar tensiones y desahogarse",
algo que le parece "fabuloso" y que "se nota en el
ambiente", sobre todo tras la pandemia.
Profesor
de Publicidad de la Universidad del País Vasco desde 1987 hasta 1997, antes de
dar el salto a la pantalla a nivel nacional, Sobera (Baracaldo, 1960) dibuja
paralelismos entre sus trabajos como profesor, actor y presentador, cuando se
le pregunta si aún queda algo de ese profesor universitario en sus
interpretaciones.
"Al
final -como actor, profesor o presentador-, eres una persona en el mundo
intentando convencer al mundo en que te sigan en algo, y hay muchas claves del
lenguaje que incorporas en todas esas manifestaciones", indica Sobera,
quien señala que cuando trabaja como actor o presentador, procura "matizar
y vocalizar mucho", pero a la vez intenta ser "lo más divertido
posible, entretener para atrapar al público", algo que "hacía exactamente
igual cuando enseñaba".
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