Este sitio web utiliza cookies, además de servir para obtener datos estadísticos de la navegación de sus
usuarios y mejorar su experiencia de como usuario. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su
uso.
Puedes cambiar la configuración u obtener más información en nuestra política de cookies pulsando aquí.
Entendemos por “burrocracia” el conjunto de trámites
sin sentido y reglas poco eficientes que regulan las sociedades complejas, provenientes
de la administración y de las leyes
que se aplican en cada caso. Lamentablemente, este término ficticio está cada vez más extendido y su utilización aumenta cada vez que nos
enfrentamos a catástrofes aunque
no es exclusivo de ellas.
Estos días complicados en la isla
de La Palma (vaya por delante todo
mi apoyo y solidaridad con su gente, especialmente con aquellos que
lo han perdido todo) se habla mucho de las cifras en forma de millones que llegarán a la isla pero nadie
se aventura a decir cuándo llegarán,
simplemente se limitan a decir que
llegarán pronto o lo antes posible.
Esto es debido a que a causa del entramado burocrático es complicado
disponer de dinero de forma rápida
aunque todavía es más complicado
decirle a una persona que lo ha perdido todo que las ayudas tardarán
en llegar meses o incluso años, y si
no que le pregunten a las personas
que todavía no han recibido las ayudas de catástrofes anteriores.
Es evidente que hace falta control
y garantías en el sistema pero para
que éste funcione tiene que ser capaz de responder y nuestras políticas actuales, seguramente movidas
por la corrupción de épocas pasadas, no lo hacen. Es evidente que
no se quiere el sistema anterior pero una administración con montañas de papeles en la que se necesita como mínimo cumplimentar tres
documentos para mover un céntimo o más de 30 para una licitación,
tampoco.
La solución pasa irremediablemente por una apuesta firme por
la digitalización, tenemos ahora una
oportunidad de oro con las ayudas
que van a llegar de los fondos europeos, tenemos la oportunidad de
convertirlos en algo realmente efectivo. Bases de datos, oficinas virtuales y como no, formación en nuevas
tecnologías son las herramientas para convertir un sistema sobrecargado en un sistema eficiente en el que
la comunicación con la administración y su propio funcionamiento sea
visto por la ciudadanía como la solución a sus problemas y no
como el muro con el que
enfrentarse.