Djibril, toma de biberón, BIOPARC Valencia./EPDA
Djibril y Coco, crías de chimpancé, BIOPARC Valencia./EPDA
El
compromiso con la conservación de las especies amenazadas nunca había tenido
tanto sentido como ahora. Y nunca había sido tan importante difundir noticias
con final feliz; noticias donde la naturaleza nos sorprende y da muestra del poder
de los instintos de supervivencia y protección. Son bellas y esperanzadoras
historias, fruto del esfuerzo, dedicación y amor por su trabajo de personas e
instituciones que muestran su responsabilidad con el bienestar animal. BIOPARC
Fuengirola y BIOPARC Valencia son los dos centros de referencia europeos en la conservación
del Chimpancé Occidental (Pan troglodytes verus), subespecie en
peligro crítico de extinción y única subespecie entre los chimpancés con un
programa europeo de reproducción de especies amenazadas (EEP).
El
inicio: todo comienza en BIOPARC Fuengirola
a final del 2018, al comprobar que la pareja de chimpancés formada por Napo
y Kika esperan una cría. Napo nació en BIOPARC Fuengirola y Kika fue
capturada en la selva cuando era un bebé, tras matar a su madre. Sometida a continuos
abusos físicos y psicológicos con el objetivo explotarla como reclamo
fotográfico en un circo, fue rescatada por la Guardia Civil. Su genética es
valiosísima por su origen, África, pues sus genes no están representados en
Europa, no tiene parientes cercanos. Su embarazo suponía una gran esperanza para la perpetuación de la subespecie,
gravísimamente amenazada de extinción en su medio natural.
Un bebé que es un rayo de esperanza para su
subespecie: en abril de 2019 nace el
pequeño Djibril y su madre Kika, que no pudo aprender el comportamiento maternal,
lo rechaza. No sabe cómo cuidarlo y no quiere aprender. Tras múltiples e
infructuosos intentos para que lo acepte, el equipo técnico de BIOPARC, en
coordinación con los responsables del EEP, deciden buscar una madre adoptiva
para que el pequeño crezca con sus congéneres. Esto conlleva una delicada tarea
y total implicación del equipo de cuidadores durante todo el proceso de adaptación.
Había que garantizar la adecuada crianza del bebé para que no se
repitieran los problemas de comportamiento de su madre. Criar al pequeño supone
cargarlo, alimentarlo, mantenerlo limpio y sano, hacerle sentirse seguro y
querido. Y debe hacerse en presencia de otros chimpancés, para que aprendiera
de ellos, escuchara su lenguaje, los viera, oliera y sintiera en todo momento,
y no creciera como un bebé humano, sino como un chimpancé.
La
búsqueda de una madre adoptiva: había que
encontrar en Europa una hembra con experiencia o que hubiera perdido un hijo
recientemente. La mejor opción estaba en BIOPARC Valencia con la hembra Malin.
Así, Djibril se traslada en julio de 2019 y se inicia su largo y
“peligroso” periodo de aclimatación de modo gradual. Acompañado las 24h y utilizando
técnicas para minimizar la “humanización”, comienzan los contactos visuales con
el nuevo grupo para que mantenga la impronta de su especie y
posteriormente motivar el acercamiento de la futura madre adoptiva.
El
reto del aprendizaje de Djibril: dado que los
chimpancés prolongan la lactancia más de dos años, había que enseñar a Djibril
a responder voluntariamente al estímulo del biberón que, incluso ya integrado
en el grupo, debería seguir tomando. El aprendizaje de largos meses, unido al contacto
progresivo con los chimpancés, ha tenido un resultado óptimo.
Un
sorprendente cambio de estrategia:
el siguiente problema era lidiar con las estructuras sociales de estos
inteligentes grandes simios, donde los roles son importantísimos y la
separación o actuación sobre cualquier miembro debe basarse en la experiencia y
conocimiento previos. Comienzan las “juntas físicas” separando los animales y,
con gran desespero para el equipo, Malin no muestra interés por el bebé.
Sin embargo, renace el optimismo cuando otra hembra, Eva, manifiesta afecto,
instinto de protección y acercamiento. Esta inesperada situación redefine
la estrategia para intentar que Eva fuera la madre adoptiva.
Una transformación generada por el
bienestar animal: Eva nació
en 1995 en el antiguo Zoológico de Fuengirola. Fue criada a mano porque
en aquellos obsoletos recintos el macho era muy agresivo con sus crías. Con la nueva
gestión de la empresa española Rain Forest, centrada en el bienestar
animal, y la transformación en un BIOPARC, hubo un cambio radical en el
comportamiento del grupo. Eva se incorporó y asimiló las costumbres de su
especie y aprendió la crianza natural de sus hermanos. Pese a no haber sido
madre, daba nuevas esperanzas para que atendiera a Djibril diligentemente.
El
largo proceso de las “juntas” para evitar una desgracia:
conocer el carácter de cada individuo y el comportamiento social de los
chimpancés ha sido fundamental en cada paso. Igualmente importante han sido el
tesón, la vocación y la infinita paciencia de los equipos de BIOPARC Fuengirola
y Valencia, para entender que el proceso necesitaba tiempo y que una
decisión anticipada podía desencadenar un final fatal. Así, ponderando y
consolidando cada movimiento, se sigue la táctica de acostumbrar a Eva a
quedarse sola con el bebé. Se consigue afianzar sus lazos y, a partir de ese
momento, se va incorporando, uno a uno, el resto del grupo. Primero la hermana de
Eva, Noelia, y su hijo Coco. Posteriormente las hembras Malin y Py y,
finalmente, el momento más delicado, el gran macho, Moreno y la hermana más
pequeña de Eva, Natalia, los miembros con mayor rango social en el grupo.
La
enseñanza de la naturaleza: el instinto de supervivencia del
pequeño Djibril y el instinto maternal de su tía Eva han unido a estos dos
chimpancés que habían sido criados a mano en circunstancias muy distintas.
Ahora, un año después de su llegada
al parque, Djibril ha encontrado una
nueva familia y podemos verlo jugar
y disfrutar con su primo Coco en el recinto del bosque ecuatorial de
BIOPARC Valencia.
La
coordinación de los BIOPARC Fuengirola y Valencia y el papel de la Fundación
BIOPARC, un motivo de esperanza para la subespecie:
el compromiso con la conservación de la naturaleza y las especies en peligro de
extinción implica, hoy en día, trabajar paralelamente en dos ámbitos: por una
parte, a través de los programas internacionales de reproducción (EEP), que
tratan de garantizar la supervivencia de las especies. Es lo que se conoce como
conservación ex situ. Estas acciones conllevan realizar todo lo
necesario por garantizar el máximo bienestar de cada animal y, al mismo tiempo,
gestionar las poblaciones que se encuentran en cautividad priorizando su valor genético,
para hacer viable su desarrollo y evitar consanguinidades. Por otra parte, apoyar
y desarrollar proyectos de conservación in
situ, los que se llevan a cabo en el medio natural para evitar la
desaparición de las especies y sus hábitats naturales.
Hoy,
el trabajo conjunto de BIOPARC Fuengirola y Valencia consiguiendo una familia
de adopción para Djibril revitaliza la genética de los chimpancés occidentales
en cautividad, aportando un futuro macho reproductor muy valioso. En paralelo,
el apoyo de la Fundación BIOPARC al Proyecto Nandoumary del Instituto Jane
Goodall en Senegal, está consiguiendo recuperar y conservar el hábitat
natural de la subespecie y los grupos de chimpancés que allí viven. La unión de
ambas fuerzas da nuevas esperanzas al futuro de los chimpancés occidentales en
un ejemplo palpable de la importancia de los dos pilares en los que hoy en día
se basa la Conservación.
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