La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y LA UNIÓ de Llauradors i
Ramaders lanzan un claro mensaje a la gran distribución alimentaria para que no
importen y vendan productos agrarios procedentes de países terceros, mientras
tengan a su disposición esos mismos alimentos de calidad producidos en nuestro
territorio, debido al tremendo impacto que esa estrategia comercial acarrea
sobre el cambio climático.
Ambas
asociaciones consideran que las firmas comercializadoras deben demostrar su
preocupación y sensibilidad por el medio ambiente dando prioridad a productos
de proximidad que generan una menor huella de carbono. No tiene ningún sentido,
entienden desde el sector productor, sustituir en los lineales la producción
autóctona de temporada por foránea, puesto que los productos agrarios venidos
desde países no miembros de la UE presentan menores estándares de carácter
medioambiental que los producidos bajo la legislación comunitaria y comportan
mayores emisiones de gases de efecto invernadero a través de un transporte que,
en muchos casos, supera los 10.000 kilómetros de distancia.
Por
ello, AVA-ASAJA y LA UNIÓ solicitan que las políticas agrarias de la Unión
Europea (UE), en forma de tratados con países terceros, y las estrategias de la
gran distribución en materia alimentaria contemplen las importaciones agrarias
de ultramar únicamente como un complemento puntual a la producción comunitaria
y en ningún caso acaben siendo utilizadas para sustituirla y desplazarla del
propio mercado europeo.
Los
agricultores también solicitan la implicación de las asociaciones de
consumidores a fin de que trasladen la importancia de que la ciudadanía, a la
hora de comprar, sea más selectiva y apueste por alimentos que garantizan la
máxima trazabilidad, frescura, salud, sostenibilidad ambiental y, al mismo
tiempo, favorezca la recuperación económica de la UE.
El
presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, y el secretario general de LA UNIÓ,
Carles Peris, razonan que “es crucial que todos los actores que
intervienen en la cadena alimentaria colaboren activamente en la lucha contra
el cambio climático. Los agricultores europeos cumplimos los métodos de
producción más respetuosos con el medio ambiente y creemos lógico, justo e
imprescindible que el resto de agentes también arrimen el hombro dando
preferencia comercial a la producción agraria local mientras haya de calidad.
Lo contrario significa un atentado al medio ambiente y una evidencia fehaciente
de que estas empresas no actúan en consonancia con la responsabilidad social
corporativa que pregonan en su lucha contra el cambio climático.”
La
reivindicación de ambas organizaciones agrarias cobra especial fuerza a las
puertas de una campaña citrícola donde se prevé una oferta europea ajustada a
la demanda, así como ante las temporadas de uva, arroz, caqui, almendro,
cereales y otras producciones agropecuarias valencianas que afrontan graves
dificultades comerciales a causa del Covid-19.
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