Ocho artificieros
de la Armada han desactivado hoy una carga de profundidad de
fabricación norteamericana, procedente en un principio de la II
Guerra Mundial, que encontraron unos buceadores a dos millas de la
isla de Tabarca. Primero los buceadores de la Armada han sacado la
carga a una zona más segura para luego proceder a su detonación
controlada.
El Grupo Especial
de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil ha detectó
un artefacto explosivo, posiblemente una carga de profundidad
antisubmarinos de la II Guerra Mundial, a 2 millas náuticas de la
isla de Tabarca, en Alicante. El objeto metálico fue avistado el
pasado sábado día 8 de julio por buceadores recreativos que
avisaron a la Guardia Civil. Al día siguiente, agentes del Grupo
Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) realizaron diversas
inmersiones y localizaron el artefacto a 29 metros de profundidad.
Al principio, los
buzos del GEAS pensaron que se trataba de una bombona de butano, pero
al acercarse comprobaron que estaban ante un artefacto explosivo muy
antiguo. Los buzos de la Guardia Civil lo fotografiaron y enviaron
las fotografías al Servicio GEDEX (Grupo Especial de Desactivación
de Explosivos) de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante;
también procedieron a balizar y acotar la zona para evitar “posibles
accidentes o manipulaciones”.
Tras realizar
varias comprobaciones con el Servicio GEDEX se llegó a la conclusión
de que podía ser una carga de profundidad utilizada a finales de la
II Guerra Mundial.
Según el primer
dictamen del Servicio GEDEX, el artefacto es un modelo MK o Mark,
utilizado por el Ejército norteamericano a finales de la Segunda
Guerra Mundial para atacar desde buques o aviones a submarinos
enemigos
El delegado de
Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha acudido
hoy a Santa Pola a seguir los trabajos de desactivación del
explosivo. “Era
necesaria la elimnación ya que se trata de una zona muy transitada
por embarcaciones y por submarinistas. Aunque no revestía peligro
para la isla de Tabarca con su desactivación la zona volverá a ser
apta para el buceo y la navegación”.
Mientras se
esperaba a la desactivación por parte de la Armada Española, se
acotó la zona donde se encuentra con el fin de evitar posibles
accidentes, o manipulaciones. Por ello, no estaba permitido el paso
por barco o el buceo en esa área. Una patrullera del Servicio
Marítimo de la Guardia Civil, y las cámaras de larga distancia del
Servicio SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior), han
vigilado hasta hoy las 24 horas desde el pasado domingo para que se
cumplieran las restricciones.
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