Detalle de la grieta. / EPDA La segunda campaña de excavaciones del MARQ en la Cova de l’Or de Beniarrés han sacado a la luz importantes cerámicas del Neolítico con representaciones del astro sol. Arqueólogos y especialistas han trabajado durante el mes de julio junto a estudiantes en régimen de voluntariado procedentes de diferentes universidades.
La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha celebrado los progresos que se están produciendo en todas las exploraciones del Plan de Excavaciones del Museo Arqueológico, dotado con un presupuesto de 130.000 euros y con la participación de más de setenta arqueólogos del MARQ y voluntarios. Asimismo, Parra ha asegurado que “este año de nuevo se están cumpliendo los ambiciosos objetivos marcados para avanzar en la investigación en un enclave tan relevante como es la Cova d’Or, ejemplo del esfuerzo que se está llevado a cabo desde el MARQ para ahondar en el conocimiento de nuestra historia”.
La Cova de l’Or es uno de los yacimientos más representativos de la Comunitat Valenciana, clave para la investigación del Neolítico en la Península Ibérica, con una secuencia que abarca desde el 5.600 al 2.800 a.C. La puesta en valor de este enclave patrimonial, llevada a cabo por la Diputación de Alicante a través del Área de Arquitectura y del MARQ, culminó con su apertura al público en junio de 2021, mediante visitas guiadas gestionadas desde la Fundación MARQ en colaboración con el Ayuntamiento del municipio.
Investigada en distintos momentos del siglo XX, la cavidad está considerada como un santuario del que se valieron los primeros agricultores y pastores en el VI milenio a.C. Bajo la dirección de Consuelo Roca de Togores, Carlos Ferrer y Jorge A. Soler, este año se ha procedido a excavar una estrecha grieta abierta al exterior, cuyo registro ha aportado fragmentos cerámicos de vasos grandes y otros con decoraciones, entre los que se determinan representaciones astrales que confirman la vinculación religiosa. Ese registro advierte de la vida en el exterior de la cavidad y apunta a que en la explanada de acceso a la Cueva pudieron practicarse ritos vinculados la producción.
La campaña de este año ha resultado muy satisfactoria al documentar niveles más recientes del uso de la cueva correspondientes a la época moderna (siglos XVII-XVIII). Además de material cerámico como ollas, cazuelas y lebrillos, se han hallado restos de fauna y de combustión que se ha interpretado como zonas de corral para el cierre del ganado doméstico dentro de la cueva. También se han documentado niveles puntuales de la época romana e ibérica.
En otro de los perfiles la excavación ha permitido ahondar en la investigación de los momentos finales del Neolítico, en los que el registro de restos humanos y elementos como vasos cerámicos, adornos como colgantes elaborados en concha y en piedra, objetos realizados con huesos de animal, como punzones y otros realizados en piedra de sílex, como laminitas, confirman el uso funerario de la cavidad.
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