Nadie supo concretar, su presencia indeseada,
pero logró penetrar, más no de forma adecuada,
impidiendo respirar, y a mucha gente azotaba.
No fue pues causa de risa, ni tampoco de contento,
ahuyentándonos la sonrisa, y haciendo de este contexto
que la palabra precisa, de algún genio sin pretexto,
de un alerta nos avisa, que es profundo sentimiento.
Clausurar sin remisión, todo lo tradicional:
Fallas, truenos, el blusón..., para quedar confinados,
perdiendo nuestra atención, la que es fiesta natural,
por ser nuestra obligación, estar en casa cerrados.
"De allí no debes salir", esa es la ruta marcada.
¡Siempre hay que resistir!, es el más claro proyecto,
pues nuestro reto es vivir, buscando el marco perfecto.
Ya pasan días y horas, los mensajes alarmantes,
las palmas suenan sonoras, y la realidad constante,
es vencer a quien devora, nuestras vidas al instante.
Es la lección verdadera, la que emana humildad,
pues el mundo solo espera, un gesto de humanidad.
Esa acción es colectiva, es humana y de valor.
Es la formula afectiva, cuyo ingrediente es "AMOR."
Esa palabra es la clave, esa palabra es la ciencia,
esa es la mejor llave, que avala nuestra existencia.
Que la sanidad atienda, esta infame perversión,
logrando que el mundo entienda, la fuerza de la razón,
lo que el amor recomienda, aplicando con tesón,
que sin salir hoy de casa, vencemos la situación.
Pero jamás olvidemos, que el ingrediente es AMOR.
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