Amparo Folgado. EPDA La calle ha hablado. Esta sería la frase que, si fuera una manifestación convocada por socialistas o el nacionalismo, estos días escucharíamos en todas partes, dada la masiva asistencia de ciudadanos a la convocatoria del pasado domingo 13 de junio en la Plaza Colón, y aledaños, de Madrid, para mostrar el rechazo a los indultos de los políticos independentistas.
Y como no, todos los sectores que apoyaran dicha hipotética manifestación estarían, como mínimo, exigiendo elecciones ya y la caída del gobierno de inmediato. Pero, todo esto, si la convocatoria hubiera sido secundada por el PSOE y el gobierno en manos del PP.
Como esta concentración, seguida de forma multitudinaria por cientos de miles de ciudadanos, tenía como objetivo enseñarle al gobierno que, de ninguna manera, la gran mayoría de españoles aceptamos el uso partidista y sectario que Sánchez va a hacer de la figura del indulto, las palabras del gobierno han sido para tachar a los asistentes de impotentes y de no aceptar el resultado de la moción de censura de 2018. Eso es todo lo que se le ha ocurrido al Gobierno de Sánchez.
Mientras tanto PSOE, nacionalistas e izquierda radical siguen con su proceso de indultos recíprocos. El Gobierno indulta a los políticos golpistas independentistas, mientras el resto de partidos de la moción conceden el indulto momentáneo a Sánchez para que siga algún minuto más en La Moncloa.
Hasta la siguiente exigencia de destruir el proyecto común, por parte de estos compañeros que el PSOE de Sánchez ha escogido. Hasta la próxima ocasión de utilizar las instituciones e instrumentos del Estado y de la Ley para su propio provecho, eso sí, siempre con la máxima de ir en contra del interés general y los derechos de todos los ciudadanos.
Pero, si hay una lectura clara de la protesta del pasado domingo es las formas. Las formas de manifestarse. Las formas que tiene la mayoría de ciudadanos cuando deciden protestar, a través de convocatorias pacíficas y respeto al orden, como fue la manifestación celebrada en Madrid el día 13.
Mientras que, por otro lado, las formas violentas y salvajes que caracterizan las protestas de nacionalistas y la izquierda radical, véase el 1-O de 2017 y tras la sentencia de estos hechos. El PSOE debe decidir de qué lado está: si con la Ley y el respeto o con la violencia y la criminalidad.
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