Vicente Fernández. EPDA
La mal llamada nueva normalidad post
pandemia no puede servir para volver a la vieja realidad de las mentiras de
nuestros gobernantes. Los españoles merecemos un Gobierno que no nos mienta,
los valencianos también merecemos un Consell que no lo haga.
Los datos oficiales de
fallecimientos por la Covid-19 son escalofriantes, pero la realidad es mucho
más terrible, tanto, que no podemos dejar que pase desapercibida. En un mundo
global, en el que todos los datos son ofrecidos a los ciudadanos de forma casi
instantánea, no se llega a entender el baile de cifras oficiales sobre la
pandemia.
El Ministerio de Sanidad habla de
28.385 fallecidos, 1.432 sólo en nuestra Comunidad, frente a esto, la
Conselleria de Sanidad computa 1.475 muertes. Una divergencia que no se entiende
entre administraciones del mismo signo político, pero, sin duda, lo que de
verdad nos enseña la magnitud real de esta tragedia es el exceso de mortalidad,
entre la producida y la esperada, observada por el Instituto de Salud Carlos
III.
La cifra es demoledora, solo en el
periodo del 13 de marzo al 22 de mayo (lo más duro de la pandemia) el exceso de
mortalidad fue de 44.546 personas, de las cuales, más de 37.000 eran mayores de
74 años, ancianos a los que teníamos el deber de proteger y no se quiso o no se
supo cómo hacerlo.
En la Comunitat Valenciana, ese
exceso de mortalidad fue de 1.740 personas fallecidas. Diversos Registros
Civiles y Tribunales Superiores de Justicia alertaron durante ese periodo sobre
la existencia de muchos casos con partes médicos de sospecha de coronavirus sin
confirmar, lo que ha generado un problema de vulneración de garantías y
derechos de los fallecidos y sus familias al no inscribirse como fallecidos por
COVID 19.
La consellera de Sanidad, Ana
Barceló, se comprometió el pasado pleno de Les Corts a trabajar para que se
llegaran a reconocer a todas y cada una de las víctimas de este miserable
virus. Pese a su compromiso nada parece haber cambiado en las estadísticas
oficiales, ninguna medida parece haberse implementado desde el Consell para
averiguar la verdad.
Lo que ciertamente sí sabemos es que
los partidos que sostienen al Gobierno del Botànic se negaron a aprobar en Les
Corts una iniciativa de Ciudadanos en la queinstábamos
a la colaboración de los Institutos de Medicina Legal y de los médicos forenses
con los Registros Civiles para detectar y contabilizar esos casos de sospecha
de Covis-19 en los fallecimientos desde el día 1 de marzo de 2020.
El
tripartito, con su voto en contra, se alineó con el Gobierno centralpara ocultar la verdad de la tragedia,
para ocultar el número real de muertos. ¿Quién puede estar en desacuerdo con
saber los muertos y alcance reales de la pandemia? ¿Quién puede estar en contra
de reconocer y preservar el derecho de todas las víctimas? ¿Qué vamos a hacer
como sociedad para homenajear y preservar la memoria y los derechos de todos
los fallecidos y de sus familias?
Sólo de nosotros depende dar voz a todas las víctimas,
solo de nosotros depende exigir a nuestros gobernantes la verdad y nada más que
la verdad. Si no lo hacemos, la libertad habrá perecido un poco más en nuestra
tierra y siempre nos avergonzarán esas cifras en el olvido.
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