Un ciudadano sirio nacionalizado holandés ha negado en el
juicio que enviara desde su empresa de Alicante armas y dinero a Siria e Irak
para la organización yihadista Dáesh y ha asegurado que solo se dedicaba a la
compraventa y exportación de ropa usada a estos y otros paÃses.
La Audiencia Nacional ha iniciado este miércoles el juicio a siete acusados de
integrar una red que supuestamente envió entre 2013 y 2015 desde España a Siria
e Irak armas, componentes de explosivos, material militar, equipos electrónicos
y de transmisiones y dinero para los grupos terroristas Dáesh y Jabhat al
Nusra, todo ello camuflado en ropa usada dentro de contenedores.
La vista ha comenzado con la declaración del presunto cabecilla de la red, el
ciudadano sirio Ammar T., que ha negado que él enviara dicho material para Dáesh
y ha asegurado que solo se dedicaba a exportar ropa usada que compraba en
España, Francia y Alemania para su venta en Siria e Irak y otros paÃses como
TurquÃa, Angola, Senegal, Pakistán, Ghana, Mozambique, Guinea Bissau y Camerún.
También ha negado que enalteciera a grupos terroristas en redes sociales y ha
alegado que la traducción de sus textos que constan en el sumario ha sido mal
realizada ya que ha sido llevada a cabo por marroquÃes que hablan un dialecto
del árabe distinto al de su paÃs, según ha dicho el acusado, que ha recalcado:
"Todo lo que escribo es contra el terrorismo".
Ammar T. ha relatado que salió de Siria en 1991 cuando tenÃa 18 años y que sus
visitas desde entonces a la zona de conflicto en este paÃs solo han sido para
ver a sus padres, de muy avanzada edad, y no para llevar a cabo contactos y
gestiones relacionados con el terrorismo.
Ha añadido que se ha dedicado a la compraventa de ropa usada durante diez años
en Holanda y a lo largo de otros trece en Bélgica hasta que en 2013 constituyó
su empresa en Cocentaina (Alicante) al estar en una zona con mucha actividad en
este sector.
El acusado ha explicado que alquiló una nave en la localidad alicantina de
Alcoy, donde clasificaban, envasaban y cargaban la ropa en camiones para su exportación,
para lo cual habÃa contratado a varios trabajadores.
Ha precisado que el 80 por ciento de la mercancÃa la compraba en España y el
resto en Francia y Alemania y ha negado que adquiriera material destinado a
grupos terroristas y que lo mezclara con la ropa usada que exportaba.
Ammar T. ha explicado que enviaba la mercancÃa al puerto turco de Mersin al
estar ubicado cerca de Siria e Irak, lo que le permitÃa un ahorro de costes, y
que la ropa que enviaba a esta zona era la de peor calidad y la más barata ya
que estaba destinada a campos se refugiados y a personas con muy poco poder
económico.
Ha comentado que si sus contenedores hubieran llevado armas y explosivos
habrÃan sido detectados en los escáneres de las fronteras de los puertos
españoles desde donde salÃan, principalmente Valencia, pero también los de
AlmerÃa y Castellón, y en el de Mersin (TurquÃa).
Sobre la ropa militar encontrada en el registro efectuado en la nave de su
empresa ha mantenido que era destinada a uso civil y que suponÃa muy poca
cantidad respecto al resto de prendas.
En cuanto a la pistola que vio la PolicÃa en uno de sus almacenes ha indicado
que era solo para exponerla en la pared sin posibilidad de ser usada dada su
antigüedad, y sin balas.
Ha asegurado que tenÃa esa pistola a raÃz de que fuera hallada cuando estaban
limpiando un local que habÃa alquilado en Alicante.